Insuficiencia cardiaca: ¿Por qué ha aumentado un 30%?

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Insuficiencia cardiaca: ¿Por qué ha aumentado un 30%? La respuesta no reside únicamente en los factores de riesgo, sino también en la mejora del diagnóstico y en el envejecimiento de la población. Un incremento que, no obstante, preocupa a los médicos y especialistas, ya que como alerta la Fundación Española del Corazón, coincidiendo con el Día Europeo de la Insuficiencia Cardiaca, estamos ante la causa más frecuente de hospitalización. Una patología que, según datos médicos, afecta a cerca del 7% de la población mayor de 45 años.
 
La insuficiencia cardiaca preocupa. Y lo hace por el aumento de su incidencia, un 30% en los últimos diez años, tal y como ha subrayado la Fundación Española del Corazón, FEC. Estamos ante una patología cuyas señales pueden aparecer a cualquier edad, aunque es cierto que el riesgo aumenta a medida que nos hacemos mayores. Según los datos recogidos en el estudio PRICE, se estima que cerca del 7% de la población mayor de 45 años padece insuficiencia cardiaca. Un porcentaje que se duplica, hasta el 15 y el 20%, en los mayores de 85 años.
 
La insuficiencia cardiaca se ha convertido en la principal causa de ingreso hospitalario en nuestro país (con más de 37.000 fallecimientos durante el año 2011). No solo se ha registrado un aumento en la prevalencia de los factores de riesgo, sino que también se han dado pasos importantes en la mejora del diagnóstico y se han creado en nuestro país cerca de 80 unidades de atención específica de insuficiencia cardiaca. A esto hay que sumarle, lógicamente, el envejecimiento de la población. Todo ello influye en el aumento de la incidencia de la enfermedad, tal y como han explicado desde el área de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología.
 
La prevención, como en cualquier aspecto de la salud, juega un papel fundamental. Prevención que pasa por conocer la enfermedad, especialmente en los casos de pacientes que ya han padecido una cardiopatía. Los especialistas subrayan que el coste de esta enfermedad es igual, e incluso superior, al cáncer, ya que el 67% del gasto depende de la hospitalización.
 
Se han dado pasos importantes en la mejora del diagnóstico y del tratamiento. Nuevas terapias que se traducen en una mayor tasa de supervivencia y en la mejora de la calidad de vida del paciente. Así, se ha logrado reducir la mortalidad global entre un 25-30% en los tres primeros años. Entre los tratamientos médicos actuales hay que incluir los desfibriladores automáticos implantables o los marcapasos tricamerales, sin olvidar el trasplante cardiaco y la asistencia ventricular mecánica –corazón mecánico-, especialmente pensados para aquellos pacientes que presentan una fase avanzada de la enfermedad.
 
Coincidiendo con la celebración del Día Europeo de la Insuficiencia Cardiaca, el mensaje de la Federación Española del Corazón incide en que el mejor tratamiento preventivo es adoptar un estilo de vida saludable y evitar los factores de riesgo, entre los que se incluyen el colesterol, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, hábito del tabaco y la falta de ejercicio físico. Hábitos saludables que todos deberíamos adoptar, no solo para prevenir, sino que es además la estrategia más eficaz –junto con el tratamiento farmacológico- en los que ya hemos padecido algún tipo de problema cardiovascular. Estilo de vida saludable para combatir los síntomas y retardar la progresión de la enfermedad.

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