Ictus: ¿Enfriar el cerebro minimiza los daños?

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Ictus: ¿Enfriar el cerebro minimiza los datos? Esta es la pregunta que se han hecho los investigadores de un ensayo clínico europeo en el que participarán 1.500 pacientes. Coordinado por un equipo español, el proyecto persigue mejorar no solo el tratamiento de los pacientes sino tras sufrir un accidente cerebrovascular, sino reducir los daños cerebrales. Una técnica que consiste en enfriar el cerebro y mantenerlo en hibernación durante las siguientes 24-48 horas a que se produzca el accidente cerebrovascular. Un gran avance médico para el tratamiento de uno de los trastornos más severos.
 
Coordinado por el equipo de la unidad de ictus del hospital Vall d’Hebrón de Barcelona, centro que estos días también ha sido noticia por una exitosa intervención para separar a dos siamesas, España participará en un proyecto europeo que investiga un nuevo tratamiento para los pacientes de ictus, uno de los trastornos que más daños cerebrales puede ocasionar. El objetivo es mejorar las técnicas de recuperación del paciente y minizar los daños que puede ocasionar el ictus o accidente cerebrovascular agudo. Y esto, según los investigadores, puede ser posible enfriando el cerebro y manteniéndolo a temperaturas inferiores a los 34 grados durante un periodo de uno o dos días.
 
La investigación, avalada por la Comisión Europea y con un presupuesto de once millones de euros, contará con la participación de más de 1.500 pacientes que ingresen en los centros hospitalarios tras sufrir un ictus. Un estudio que además cuenta con la colaboración de sesenta universidades y centros hospitalarios de más de veinte pasíses.
 
El procedimiento consiste en rebajar la temperatura corporal por debajo de 34 grados. La hipotermia debe realizarse tras producirse el ictus, en un plazo de seis horas. Este enfriamiento, según apuntan los investigadores, reducirá la cantidad de oxígeno que necesita el cerebro (crea una especie de hibernación cerebral) y ello disminuirá los riesgos de sufrir daños mayores en las horas inmediatamente posteriores al episodio.
 
Al enfriar el cerebro, añaden los investigadores, se ayuda a liberar la arteria cerebral que ha quedado ocluida tras el accidente cerebrovascular. De momento, los ensayos preeliminares llevados a cabo en el centro hospitalario de Barcelona han arrojado unos resultados esperanzadores sobre las posibilidades de reducir la magnitud del daño cerebral en pacientes con ictus.
 
Si los resultados de utilizar la hipotermia terapéutica se confirman (cuyos efectos beneficiosos ya se han constatado para el tratamiento de otros problemas como las paradas cardiacas), los médicos apuntan a que la técnica podría ayudar a cerca de 350.000 pacientes europeos al año, ya que estamos ante la segunda causa de mortalidad p0or detrás de los problemas cardiacos. Una técnica que podría evitar la aparición de secuelas en más de 25.000 pacientes y salvar la vida a más de 14.000, según los datos que manejan los propios investigadores.
 
El trabajo, seguido con especial atención por la comunidad médica europea, permitirá también crear en nuestro país un biobanco con las muestras de todos los pacientes que participen en la investigación. Esto permitirá analizar los efectos que tiene la hipotermia o el someter al cuerpo a bajas temperaturas sobre los biomarcadores sanguíneos de daño cerebral (enfermedades neurovasculares).

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