Hipertensión refractaria: Cuando la tensión no baja. En concreto, cuando no se consigue controlar la tensión –en niveles por debajo de 140/90-incluso después de haber administrado, en dosis adecuadas, incluyendo diuréticos y bajo seguimiento médico, al menos hasta tres clases diferentes de fármacos antihipertensivos. Una patología que, según datos médicos, afecta en torno al 10% de los pacientes diagnosticados como hipertensos. Cabe recordar que la hipertensión es un problema serio de salud, ya que constituye el principal factor de riesgo cardiovascular.
La hipertensión arterial o tensión alta, si no se trata, puede conllevar riesgos para nuestra salud. El diagnóstico, con los controles regulares de la tensión, es fundamental para detectar una patología silenciosa, es decir, puede cursar sin síntomas o señales que nos adviertan de su presencia.
Se estima que la hipertensión arterial es elevada cuando registra niveles superiores a 140 mmHg para la sistólica o máxima y 90 para la diastólica o mínima. Además de revisar nuestra dieta –reducir el consumo de sal– y adoptar hábitos más saludables –práctica de ejercicio físico o el mantener nuestro peso ideal, entre otros-, actualmente existen diferentes modalidades y tratamientos para el control de la tensión arterial. Pero, ¿qué sucede cuando la tensión no responde al tratamiento farmacológico? Estamos ante un problema de hipertensión refractaria o de difícil de control que, al mantener elevados de manera crónica los niveles de tensión, aumenta los riesgos de padecer complicaciones cerebrales (trombosis, hemorragia), cardiacas (infarto de miocardio, angina de pecho), problemas renales (insuficiencia renal) o vasculares (aterosclerosis, aneurisma). La hipertensión afecta especialmente al sistema arterial, al someterlo a una presión constante.
Aunque en la mayoría de los casos la tensión se controla con la toma de un primer fármaco, en otros casos es necesario asociar varios. Cuando la administración de hasta tres fármacos no logra el objetivo esperado, es decir, bajar la tensión arterial, los especialistas lo definen como hipertensión refractaria, la cual se estima que afecta a un 10 por ciento de los pacientes hipertensos. ¿Cuáles son las causas de este tipo de hipertensión? Entre ellas, los especialistas apuntan en las Guías Europea de Hipertensión y Cardiología a la toma de fármacos que interfieren con lo antihipertensivos (antiinflamatorios no esteroides, anticonceptivos, corticoides o eritropoyetina), el incumplimiento del tratamiento por parte del paciente (saltarse u olvidar alguna de las tomas de los fármacos), padecer síndrome de apnea obstructiva del sueño o posibles causas renales o endocrinológicas.
Recomendaciones
Si padecemos un problema de hipertensión refractaria, es recomendable reducir de manera severa el consumo de sal y de bebidas alcohólicas, así como realizar ejercicio aeróbico (andar, nadar o bicicleta). Para la automedida de la tensión, la mejor opción es con un aparato automático de brazo. Se debe tomar la tensión a primera hora de la mañana, antes de ponernos en marcha con nuestras actividades diarias y anotar, de manera ordenada, los resultados. Es aconsejable repetir la toma dos o tres veces a la semana.
En los casos en los que la hipertensión vaya acompañada de algún tipo de dolor, antes de tomar antiinflamatorios, se debe consultar al médico.