A mediados del ciclo menstrual, y al ser expuesto al aire, el flujo suele adquirir un tono más amarillo. Cambios en el aspecto del flujo vaginal, e incluso en la cantidad, que conviene vigilar, ya que hay muchos motivos por los que pueden darse, siendo además en algunos casos síntomas de algún otro problema, como una infección. Cambios evidentes en el color, el olor, la consistencia, la cantidad, acompañados en la mayoría de los casos por ardor, picazón, inflamación u otras molestias. Vamos a ver más detenidamente de qué nos puede hacer sospechar el flujo amarillento y espejo antes de la menstruación.
Vaginosis bacteriana Es una de las posibles causas de la presencia de flujo espejo y de color amarillo. Conviene consultar al médico para aplicar el tratamiento más adecuado (antibióticos, cremas vaginales…) para detener la infección. El flujo amarillento también se asocia con vaginitis, provocada por la denomina cándida. En este caso, el flujo es espeso, espumoso y de color verde amarillento. Suele ir acompañado de picor y dolor en la zona de la vulva. No conviene subestimar esta infección, ya que se puede extender con facilidad a las trompas de Falopio.
Cervicitis En caso de cervicitis, también se produce inflamación del cuello uterino. La secrección vaginal, además de adquirir una tonalidad amarillenta, también puede olor mal.
Pólipos cervicales y ETS Otras causas que pueden explicar este cambio del flujo vaginal son la presencia de pólipos cervicales, las ETS y otras enfermedades inflamatorias pélvicas. La gonorrea, por ejemplo, provoca una secrección de color amarillento, y si no se trata puede causar incluso problemas de fertilidad.
Señales de alerta Si tenemos dudas sobre el cambio de tonalidad y espesor del flujo vaginal, conviene prestar atención a estas señales:
- El flujo vaginal también tiene mal olor
- La secreción es muy espesa
- Restos de sangre en el flujo antes o después de la menstruación
- Picor intenso en la zona genital
- Dolor abdominal al mantener relaciones íntimas de pareja
Medidas preventivas Cuidar la higiene personal y mantener relaciones íntimas seguras son dos reglas básicas para evitar las infecciones. Aunque el cuerpo de la mujer tiene un mecanismo de autolimpieza de sus zonas genitales, siempre hay que limpiar bien la zona después de acudir al baño. Hay que evitar los jabones perfumados en esta zona. Uno de los mejores remedios para activar el mecanismo de limpieza es el yogur, muy eficaz frente a las infecciones. También es aconsejable seguir una dieta adecuada, evitar la ropa interior demasiado ajustada y beber mucho agua todos los días, el mejor desintoxicante.
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