Hacer la siesta en el trabajo tiene beneficios que se traducen en mejora de la concentración y productividad. Unos optan por el ritual sueco de la pausa del café, pero una pequeña siesta de entre 10-20 minutos, una costumbre muy española, puede resultar tanto o más beneficioso para recargar energía y ser mejores en el trabajo.
Disfrutar de una siesta es un hábito que los expertos de la Universidad de Leeds, como la psicóloga Nerina Ramlakhan, defienden para compensar la falta de sueño que conlleva dormir poco por la noche, especialmente durante los meses de verano y con el cambio de horario, y recordando que dormir poco aumenta los riesgos de problemas cardiacos, diabetes o depresión.
Dormir la siesta en el trabajo para rendir más
Aunque todavía queda camino por recorrer para que dormir la siesta en el trabajo sea un derecho, sí hay grandes empresas y conocidas marcas defensoras de esta práctica para mejorar el rendimiento de los empleados. Es la tendencia de las siestas cortas, siestas energizantes o power naps.
Japón, algunos países de Latinomérica o Estados Unidos, con la agencia espacial de la NASA a la cabeza tras constatar en un estudio que los pilotos estaban un 55% más alerta después de dormir la siesta durante cuarenta minutos, son algunos de los países en los que dormir la siesta en la oficina ha sido mejor recibido. De hecho, según la NASA la siesta perfecta tiene que durar 26 minutos.
Diversos estudios han indagado en los beneficios de dormir la siesta de manera habitual. Una investigación publicada en Nature Neuroscience corroboró el efecto restaurador de las siestas sobre las destrezas perceptuales poniendo a prueba a los participantes con cuatro pruebas a lo largo del día. Los que disfrutaron de una siesta de 30 minutos entre cada prueba obtuvieron mejores resultados.
La siesta nos ayuda a concentrarnos y a mejorar nuestro aprendizaje, como también apuntaba un estudio publicado en Neurobiology of Learning and Memory.
Otra investigación, realizada en la Universidad de California, constató que las personas que echaban la siesta en el trabajo rendían más por las tardes. El estudio contó con 40 voluntarios jóvenes (de 21 años) a los que se pidió memorizar cien combinaciones de nombres y rostros durante la mañana. Posteriormente, a un grupo se le permitió dormir una siesta de 90 minutos. Al repetir el mismo ejercicio por la tarde, el grupo que había dormido mejoró su rendimiento un 10%, mientras que el grupo que se mantuvo despierto vio reducida su capacidad en un porcentaje similar.
Beneficios de la siesta en el trabajo
El trabajo puede absorber, además de ser una de las principales causas de estrés y ansiedad, por lo que conviene buscar recursos para liberar tensiones. Y, sin duda, la propuesta de un sueño reparador en medio de la jornada laboral resulta muy tentadora para cualquier trabajador. Aquellos a los que alguna vez el jefe les ha pillado echando una cabezadita a media mañana o después de comer, podrían tener un saludable motivo para hacerlo.
- Reduce el estrés, especialmente en jornadas laborales intensas.
- Mitiga la ansiedad.
- Mejora el nivel de alerta.
- Mejora el estado de ánimo.
- Mejora la memoria y la concentración.
- Reduce la presión arterial.
- Potencia la creatividad.
- Mejora la productividad.
