Un país miembro del G8 y uno de los primeros en aplicar la eutanasia está estudiando su aplicación a personas con adicción a las drogas.
El 2024 amenaza con ser un año de grandes cambios a nivel social y médico en uno de los países que tradicionalmente ha tenido una imagen de estado estable y pacífico. Una nación que fue una de las primeras en aplicar la eutanasia y que ahora estudia aplicarla a personas con problemas de adicción a las drogas.
Canadá es uno de los primeros países del mundo que legalizó la aplicación de la eutanasia, también conocida como asistencia médica para morir. La aprobó en 2016, pero desde entonces ha sufrido modificaciones, como la de 2021 cuando se incluyó a quienes padecen afecciones físicas graves y crónicas, sin necesidad de que fueran una amenaza para su vida. Ahora, el gobierno canadiense ha decidido dar un paso más ya que está previsto que el año que viene, el 2024, el país norteamericano apruebe el uso de la eutanasia en personas adictas a la droga. Una medida que ha acarreado muchísima polémica cuando aún resta por debatir su aprobación definitiva.
La nueva ley ampara que las personas con enfermedades mentales que no sufran dolor físico podrían pedir la asistencia médica para morir. Un supuesto en el que algunos quieren incluir a los adictos a la droga. En ese sentido el canal VICE News recoge las declaraciones de David Martell, jefe de Medicina de Adicciones en Nova Scotia Health, quien opina que no es justo excluir a las personas con una adicción a las drogas porque su situación «está relacionada con una enfermedad mental». Desde luego que el debate tiene muchas aristas y no es nada sencillo al estar relacionado con la vida, y la muerte, de seres humanos.
Un asunto en crecimiento
Desde que se aprobó la aplicación de la eutanasia en Canadá, el número de personas que han solicitado la asistencia médica para morir no ha parado de crecer. Basta echar un vistazo a los datos de los últimos seis años para verificarlo. Si en el año 2016 apenas fueron 1.018 personas las que se acogieron a su derecho, el 2022 vio cómo la cifra se incrementaba hasta superar los 13.200 muertas asistidas. Un número que las asociaciones pro-vida temen que aumenta aún más con la nueva legislación. En 2022, el 4,1% de las muertes en Canada fueron asistidas, según revela Life News.