Las fobias en la tercera edad son cuestiones comunes. Estos son los pasos a seguir para tratar el miedo en los mayores
Tener miedo es una de las sensaciones más comunes y habituales que puede experimentar un ser humano. Es algo lógico y normal tomando como referencia la necesidad de extrapolar todo lo que viene a ser un problema ligado al temor por experiencias propias. En muchos casos es algo basado en cuestiones irreales y todo está en nuestra cabeza. Sin embargo, hay otros factores que sí atienden a fenómenos naturales que pueden y llegan a ser reales en muchos casos.
En cualquier caso, el miedo es único y cada persona lo experimenta de una forma distinta. Esto es algo muy importante a reseñar porque pese a que haya muchos tipos de miedo no todos son iguales. Y en este caso hay que hablar sobre todo en la de las personas mayores porque son más peculiares a la hora de experimentar ese temor. Son basados en apartados más realistas y cuestiones que pueden pasar de forma más proclive que cuando estamos atemorizados siendo niños o en una etapa adolescente. En este post vamos a enseñar cómo abordar y tratar a las personas más mayores este tipo de fobias.
Pasos a seguir para tratar el miedo
Lo primero tener en cuenta es que no es lo mismo intentar calmar el miedo a un niño o a un adulto con respecto a una persona mayor. El enfoque tiene que ser completamente distinto y estar muy ligado tanto a la comprensión como la empatía y a distintas acciones de carácter efectivo y afectivo. Tomando todo esto como referencia, el primer paso que hay que dar es el de escuchar y validar para que los mayores sean capaces de expresar sus miedos y las preocupaciones. Lo pueden hacer a través de un espacio seguro donde puedan compartir sus emociones de forma libre.
A partir de ahí, lo siguiente sería proporcionarles apoyo emocional a través de la presencia de amigos, cuidadores y familiares. De esta forma ampliará y se fortalecerá el vínculo objetivo. Hay que intentar promover la autonomía e involucrarlos a la hora de tomar decisiones para que mantengan cierto control sobre su vida. También habría que proporcionarles información porque el conocimiento también ayuda a quitar y erradicar esa fobia. Hoy que interactúen con grupos de interés común fomentando el apoyo social disminuye también esa sensación de aislamiento y soledad.
Otra acción importante puede venir a través de la búsqueda de ayuda profesional porque los psicólogos ofrecen terapias que son realmente efectivas. Fomentar la actividad física y animar a que nuestros mayores hagan ejercicios adaptados a su mente y su cuerpo como la lectura o los rompecabezas es una buena forma de alejar las preocupaciones. Crear rutinas también mantiene esa ayuda para establecer control sobre el entorno. Se podrían buscar explorar terapias de carácter alternativo.