Errores más comunes al usar lentillas

Las lentillas pueden resultar más cómodas y prácticas que las gafas, pero cuidado, porque a la hora de utilizar las lentillas, y sobre todo al limpiarlas, conviene seguir una serie de consejos para evitar algunos de los errores más comunes. Y es que unas lentillas usadas de manera incorrecta pueden aumentar los riesgos de infección de los ojos. Toma nota de los errores que conviene no cometer.

Dormir con las lentillas

Aunque el cansancio pueda contigo, conviene quitarse siempre las lentillas antes de dormir porque pueden resultar peligrosas para la salud del ojo, entre otros motivos porque aumenta el riesgo de infección. Al cerrar los ojos privamos a la córnea de oxígeno, lo que provoca una molesta sensación. Para evitar, quitar siempre las lentillas antes de ir a dormir.

Limpiar las lentillas con agua

Uno de los errores más comunes, ya que es totalmente insuficiente porque no se eliminan todos los restos y esto aumentará el riesgo de infección. Utiliza siempre un producto adecuado, y antes de tocar las lentillas, lavar bien las manos con agua y jabón. Misma recomendación para el estuche de las lentillas, que además conviene renovarlo de manera periódica.

No utilizar suero fisiológico

Y, a ser posible, siempre en unidosis. Después de aplicar el producto de limpieza de las lentillas conviene utilizar suero fisiológico. De esta manera nos aseguramos una limpieza correcta. La recomendación de utilizar unidosis es que, al reutilizar el suero, puede aumentar el riesgo de sufrir algún infección o inflamación.

Ducharse o entrar en la sauna con lentillas

Por muy corta que sea la ducha, es mejor retirar las lentillas y, en caso contrario, evitar el contacto directo con el jabón que puede provocar irritación y escozor en los ojos. En cuanto a la sauna, conviene evitar llevar las lentes de contacto por el exceso de humedad.

Utilizar las lentillas más tiempo del debido

Si las lentillas son de usar y tirar (de un día) no debes usarlas al siguiente; y si son lentillas de un mes, hay que desecharlas a los 30 días. Utilizarlas más tiempo del recomendado puede incrementar los riesgos de aparición de bacterias. De igual manera, nunca hay que utilizar una lentilla que esté ligeramente rota o dañada.

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