Ergometría: Cuándo conviene hacerse una prueba de esfuerzo

La ergometría o prueba de esfuerzo consiste en realizar ejercicio físico, en bicicleta estática o en tapiz rodante, al tiempo que se monitoriza la presión arterial y el ritmo del corazón.

Una prueba diagnóstica que mide con precisión la capacidad del corazón al someterlo a esfuerzo o ejercicio físico progresivo. Lógicamente, la intensidad del ejercicio se adaptará a la edad y la patología de cada paciente.

¿Cuándo realizar una prueba de esfuerzo?

La prueba de esfuerzo se utiliza fundamentalmente para diagnosticar la angina de pecho cuando se manifiesta con dolor torácico. La ergometría reproduce el dolor sometiendo el corazón a un esfuerzo físico intenso, al tiempo que busca posibles alteraciones electrocardiográficas que pueden no aparecer en situación de reposo.

La prueba de esfuerzo también permite valorar el pronóstico en pacientes ya diagnosticados de enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica (angina de pecho, infarto de miocardio…) y los efectos del tratamiento.

La ergometría valora el nivel de esfuerzo físico apropiado para cada persona.

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¿Cómo se realiza la prueba de esfuerzo?

  • La prueba de esfuerzo se comienza realizando ejercicio suave, tanto en cinta rodante como en bicicleta.
  • Un monitor, conectado al paciente, permite visualizar en tiempo real el electrocardiograma.
  • El nivel de esfuerzo se incrementa automáticamente cada 3 minutos para acelerar el corazón hasta alcanzar la frecuencia cardíaca deseada. La presión arterial se controla cada pocos minutos.
  • La prueba se detiene en el momento que el paciente indica que no puede continuar con el esfuerzo. Pasa a la fase de recuperación.
  • La prueba también se detiene si en algún momento se detecta alguna arritmia, alteración en el electrocardiograma, cambios en la presión arterial o angina de pecho progresiva.

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