Enfermedades incurables: Los males que todavía no tienen cura

Los avances de la medicina, especialmente en el último siglo, son incuestionables, pero todavía quedan preguntas sin respuesta para aquellas enfermedades catalogadas a día de hoy como incurables. Enfermedades de las que, en algunos casos, se desconoce la causa real que la provoca o los tratamientos disponibles no logran los resultados esperados para su cura o erradicación. En otros casos, como veremos, se trata de patologías bastante frecuentes y para las que sí se cuenta con un tratamiento que ayuda a convivir con la enfermedad, ya crónica, y a mitigar los síntomas y brotes mientras siga siendo incurable.

Fibrosis quística

Una enfermedad genética y, por ahora, incurable, que afecta a múltiples órganos, especialmente a los pulmones, cuyo deterioro del tejido pulmonar puede hacer necesario un trasplante. Según datos médicos, la fibrosis quística afecta en nuestra país a cerca de 4.000 pacientes. La detección precoz y los tratamientos actuales permiten reducir los síntomas y los efectos que pueden ser graves.

Ébola

El peligroso virus del ébola, que provoca fiebre hemorrágica, tiene una de las tasas más elevadas de mortalidad, entre el 50-90% de los casos según datos médicos. El primer brote del que se tiene constancia se produjo en África Central en el año 1976, y desde entonces se han producido centenares de casos, y de fallecimientos, en otras zonas del continente africano, llegando también a Europa, incluida España, en el año 2014 con el caso de la enfermera contagiada tras atender a un enfermo de ébola procedente de África.

Poliomelitis

La polio o poliomelitis es una enfermedad provocada por un virus que afecta al sistema nervioso y cuyos principales síntomas son fatiga, dolor de cabeza, fiebre, dolores musculares, parálisis de las extremidades, pecho o garganta y espasmos. Es una enfermedad muy contagiosa y que afecta sobre todo a los niños más pequeños. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en uno de cada 200 casos se produce una parálisis irreversible. Erradicada en la mayoría de los países del mundo, excepto en algunos de África y sur del continente asiático.

Angiopatía amiloide cerebral

La causa de la angiopatía amiloide cerebral sigue siendo una incógnita, aunque sí se sabe que la edad es uno de los principales factores de riesgo. También denominada angiopatía congofílica, esta afección neurológica afecta a los vasos sanguíneos del sistema nervioso central. En concreto, se produce una acumulación de las proteínas denominadas amiloides en las paredes de las arterias cerebrales, aumentando los riesgos de demencia y accidentes cerebrovasculares. Entre los síntomas que pueden aparecer se incluyen dolor de cabeza, somnolencia, confusión, visión doble, debilidad o dificultad para hablar.

Lupus eritematoso

Aunque se han producido notables avances en su tratamiento, el lupus sigue siendo una enfermedad incurable. En pocas palabras se trata de un trastorno autoinmune por el cual sistema inmune ataca al propio organismo. Hay varios tipos de lupus, siendo el lupus eritematoso sistémico el más frecuente. Puede afectar a cualquier parte del cuerpo y se manifiesta en forma de brotes.

Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob

También conocida como encefalopatía espongiforme transmisible es una de las enfermedades degenerativas más severas para las que a día hoy no se tiene cura. Afecta al sistema nervioso y produce daños en el cerebro. Entre los síntomas más comunes de esta enfermedad la demencia senil (el deterioro es muy rápido), visión borrosa, pérdida de coordinación, alucinaciones, espasmos, cambios de comportamiento, rigidez de los músculos, dificultad para hablar, somnolencia.

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