El aceite de Argán también se puede comer, descubre sus beneficios

¿Sabías que el aceite de argán también es comestible? A diferencia del aceite de argán cosmético -ideal para el cuidado de la piel y el cabello por sus propiedades nutritivas- que se extrae de las semillas crudas, el comestible se obtiene al tostarlas. De ahí que este aceite tenga un particular tono y sabor a avellanas. El uso culinario del que también se conoce como oro líquido de Marruecos reporta interesantes, y en ocasiones desconocidos, beneficios para la salud. Vamos a ver, más detenidamente, qué nos brinda una cucharadita de aceite de argán y cómo introducirla en la dieta.

Beneficios

El aceite de argán, un fruto que nace del árbol (argania espinosa) originario de Marruecos, ayuda a controlar los niveles de colesterol, de tensión arterial y disminuye los niveles de lípidos en sangre, lo que contribuye a evitar trastornos cardiovasculares. Es especialmente apreciado por su contenido en antioxidantes. También se le atribuye un efecto beneficioso sobre el hígado e, incluso, ayuda a controlar mejor el apetito durante el día si lo tomamos por la mañana.

El aceite de argán, al igual que el aceite de oliva, es especialmente rico en vitamina E, con un elevado contenido en ácido linoléico, ácidos grasos esenciales (omega 3 y 5). Además se le atribuye ser un buen aliado para mejorar la fertilidad masculina y femenina. Las propiedades del aceite de argán no han pasado desapercibidas para los investigadores, especialmente para el estudio de las propiedades anticancerígenas que podría tener.

Cómo incluirlo en la dieta

Su fina textura y su sabor, que rememora a los frutos secos, hace que el aceite de argán sea un aderezo perfecto para ensaladas, así como algunos platos y postres de la cocina marroquí. Una variedad del aceite de argán (el amlou), combinado con miel y almendras es una excelente idea para para untar tostadas o como relleno de crepes.

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