Las lesiones deportivas y dolencias como la artrosis o la artritis suelen estar, de manera más frecuente, detrás del dolor en la rodilla. Pero no son las únicas causas, hay más motivos. ¿Cómo reconocer el problema?, ¿cuáles son los mejores remedios para evitar las molestias?
La rodilla es una de las articulaciones más complejas, debido a su constitución (músculos, tendones, ligamentos, cartílagos). Cumple una función esencial, aunque no siempre seamos conscientes de ello, como es el facilitar el movimiento de las piernas y mantener la estabilidad. Su complejidad hace especialmente vulnerable a esta articulación, ya que cualquier lesión que afecte a una de sus partes puede en riesgo todo el engranaje. ¿Cuáles son las causas más comunes del dolor en las rodillas?
Dolor en la rodilla: causas
El dolor en la rodilla es un síntoma más frecuente de lo que pensamos. Se estima, según datos médicos, que en torno al 20% de la población padece algún problema en la rodilla. Las principales causas de esta dolencia son las lesiones deportivas, así como determinadas patologías crónicas y degenerativas, como la artrosis y la artritis. Detectar la causa que provoca el dolor en la rodilla es fundamental para aplicar el tratamiento médico más adecuado y, en caso de tratarse de dolencias crónicas, aliviar los síntomas y retardar lo máximo posible su evolución.
Dolor en la rodilla: artrosis
De mayor prevalencia a partir de los 45, la artrosis es la consecuencia del desgaste del cartílago, lo que puede provocar dolor, rigidez e inflamación. Molestias que se agravan al realizar movimientos como subir las escaleras o levantarse tras haber permanecido mucho tiempo sentado o tumbado. Aunque la artrosis se relaciona con la edad, no hay que subestimar otros factores de riesgo, como el sobrepeso, los antecedentes familiares o las lesiones.
Como tal, la artrosis no tiene cura, pero sí se puede ralentizar el desgaste con la administración de fármacos condroprotectores, así como analgésicos y antiinflamatorios (ibuprofeno, paracetamol) para reducir la inflamación y el dolor. Es importante practicar ejercicio físico adaptado a nuestra condición para mantener el tono muscular. En los casos más severos se puede recurrir a la cirugía y a las prótesis.
Dolor en la rodilla: ligamentos
La lesión en los ligamentos es una de las más frecuentes entre los deportistas, generalmente como consecuencia de un golpe o una distensión excesiva. La lesión suele ir acompañada de dolor e inflamación de la articulación. Para aliviar el dolor, además de mantener elevada la pierna, es aconsejable aplicar hielo y tomar antiinflamatorios (ibuprofeno). Si el ligamento está roto será necesario cirugía.
Dolor en la rodilla: artritis
La artritis es una inflamación de las articulaciones cuyos síntomas más habituales son la hinchazón, rigidez (sobre todo por las mañanas), dolor y enrojecimiento o calor en la zona afectada. En algunos casos también puede provocar pérdida de peso y fiebre. En función del tipo de artritis (osteoartritis de origen degenerativo, autoinmune, infecciosa o artritis por gota), se aplicará un tratamiento con antibióticos, siendo necesario en algunos casos extraer el líquido para realizar cultivos. Para reducir el dolor y la inflamación, analgésicos, antiinflamatorios no esteroides y corticoides.
Dolor en la rodilla: menisco
Suele aparecer como consecuencia de una lesión o por desgaste de la articulación. El dolor aparece al andar o tratar de mover la rodilla. Se acompaña de inflamación. En los casos leves el tratamiento más común es tomar analgésicos y antiinflamatorios. En los casos más severos puede ser necesario recurrir a la cirugía.
Dolor en la rodilla: bursitis
La bursitis es la inflamación de la bursa, un saquito con líquido que amortigua los huesos y los tendones de las rodillas. La bursitis aparece por sobrecarga, exceso de actividad o por traumatismo. En la mayoría de los casos el líquido se reabsorbe, con ayuda de antiinflamatorios, reposo y aplicación de hielo en la zona afectada.
Dolor en la rodilla: consejos
Para cuidar las rodillas, 5 consejos básicos:
- Utiliza un calzado adecuado, y si eres propensa al dolor de rodillas, evita los zapatos muy planos o de tacón muy alto (lo mejor, un tacón de 2-3 centímetros).
- Evita los kilos de más, ya que gran parte del peso corporal recae sobre las rodillas.
- Andar, un ejercicio saludable. Si tienes dolor de rodilla, evita los terrenos duros, irregulares o con desniveles, así como bajar o subir escaleras, ponerse de rodillas o en cuclillas.
- Sentarse de manera adecuada, evitando los asientos en los que las rodillas queden por encima de las caderas.
- Practica ejercicio físico, como natación o bicicleta. Antes de empezar, ejercicios de calentamiento para evitar lesiones.