La normalización de los conceptos médicos y psicológicos ha hecho que utilicemos etiquetas de forma habitual para identificar las actitudes de algunas personas que en la mayoría de los casos no tienen ninguna enfermedad psicológica. Es el caso de las personas que son volubles, que a menudo son identificadas como bipolares, tanto como broma o como de forma despectiva.
Qué es ser voluble y ser bipolar
Pero ser voluble no es lo mismo que ser bipolar. De hecho la bipolaridad es un trastorno maníaco depresivo que no se debe tomar a la ligera, el diagnóstico de la bipolaridad es complicado y es necesario ser tratado con un profesional con los medicamentos y la terapia psicológica adecuada. La bipolaridad es una enfermedad que hasta el momento no se puede curar, aunque se puede mantener estable y las personas que la sufren pueden llevar una vida normalizada y feliz, siempre y cuando sigan correctamente su tratamiento.
Sin embargo, ser voluble es un rasgo de la personalidad, que también puede ser tratado mediante ayuda psicológica, ya que en muchas ocasiones las personas volubles sufren las consecuencias negativas de la fluctuación habitual de emociones. Una persona voluble se identifica por ser inestable emocionalmente, por lo que sufren constantemente una variación y fluctuación de sus sentimientos y estados emotivos, provocando en ellos altibajos en su estado anímico que les puede conducir incluso a la depresión.
Las personas volubles no suelen separar las diferentes áreas de su vida, como el trabajo, la familia y los amigos, de modo que las situaciones problemáticas que suceden en una de ellas, se vuelve un problema global que le afecta por completo en toda su vida. En general, esto es debido al bajo umbral de tolerancia hacia las frustraciones que las personas volubles tienen y a la escasez de recursos con los que cuentan para solucionar sus problemas o situaciones de estrés, ya que cuentan con un bajo nivel de inteligencia emocional. Además, las personas volubles suelen ser dependientes e inseguras y cuando alguno de sus pilares de seguridad falla, suelen derrumbarse anímicamente. Por otro lado, también pueden experimentar sentimientos de felicidad y alegría fluctuando con otros tipos de sentimiento más negativos, como el rechazo o el temor, debido precisamente a su inestabilidad emocional
¿Cuál es la principal diferencia entre ser voluble y ser bipolar?
A menudo, las personas volubles son identificadas de forma errónea como bipolares por los que están a su alrededor. El conocimiento que en los últimos años ha crecido sobre los conceptos psicológicos, hace que los usemos muchas veces para etiquetar a personas, pero en la mayoría de las ocasiones de forma errónea.
Es común que identifiquemos a otras personas como locas, histéricas, anoréxicas, claustrofóbicas, o incluso nosotros mismos nos auto-diagnostiquemos trastornos psicológicos como los nervios o la ansiedad. Pero lo cierto es que sólo las personas profesionales de la salud emocional y física pueden determinar la naturaleza de los padecimientos que sufrimos.
Es el caso de la etiqueta de la bipolaridad en personas que tienen rasgos de personalidad voluble. “Mi jefa es bipolar, porque unas veces llega contenta al trabajo y otras está de malas”, podemos pensar. Sin embargo, no conocemos las circunstancias de vida de esa persona, lo que es fundamental para identificar si una persona es voluble o padece un trastorno de bipolaridad.
Por tanto, la principal diferencia entre ser voluble y ser bipolar estriba en que una persona sana mentalmente, como el caso de una persona voluble, mantiene cambios de humor en función de la situación de vida que atraviesa, mientras que los de una persona con una enfermedad como la bipolaridad generalmente son mucho menos predecibles, pues sus cambios de humor suelen ser sin motivos particulares ni previo aviso.
Es por ello que antes de decidirte a identificar a alguien como “bipolar», piensa antes en si verdaderamente comprendes y tienes la capacidad de diagnosticar una enfermedad delicada como esta, pues una aseveración como esta puede llegar a ser incluso discriminatoria. Además, tal vez, un buen ejercicio sería practicar la asertividad y pensar en si existen razones expresas para los cambios de humor de una persona voluble.
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