Los dientes sensibles, o la sensibilidad dentaria, es un problema más frecuente del que pensamos y que, además, puede resultar tremendamente molesto, impidiendo disfrutar de algunos placeres como dar un sorbo a una bebida fría o a un bocado de comida caliente. Este sencillo gesto puede provocar molestias y dolor en las dientes. ¿Por qué se produce?, ¿qué podemos hacer para evitarlo?
Dientes sensibles causas El término de dientes sensibles hace referencia a la hipersensibilidad dental, una molestia que puede variar en intensidad y que está provocada por el calor y el frío (platos y bebidas frías y calientes). Tanto el exceso de calor como de frío ataca directamente a los dientes y, en concreto, a la dentina, tejido ubicado por entre el esmalte superior del diente y la pulpa. La dentina forma la mayor parte del diente y es la encargada precisamente de proteger a la pulpa.
La dentina se compone de los denominados microtúbulos, que contienen células esenciales para su mantenimiento, el fluido extracelular indispensable para la transmisión de los estímulos a los receptores nerviosos que se encuentran en el diente. El fluido extracelular activa los microtúbulos y desencadena la molesta reacción como resultado de la estimulación térmica o táctil desde el exterior.
Causas El calor y el frío son los responsables de los dientes sensibles, pero las causas son diferentes. Los dientes sensibles suelen ser el resultado, en la mayoría de los casos, de la eliminación o pérdida del esmalte que cubre la corona. Las molestias aparecerán cuando se toman alimentos ácidos, bebidas carbonatadas, cítricos, vinagre, vino. Otros factores de riesgos son una higiene dental deficitaria, la presencia de placa bacteriana, el uso de cepillos no adecuados para la higiene bucal (por ejemplo, de cerdas demasiado duras) o la pasta de dientes demasiado abrasiva.
Remedios naturales En el caso de la sensibilidad dental, lo primero que debemos hacer es limitar el consumo de las bebidas alcohólicas y refrescos, así como aquellas ricas en cafeína y demasiado ácidas, ya que pueden tener un efecto corrosivo perjudicial para los dientes. También conviene evitar los alimentos demasiado agrios.
Por su parte, entre los aliados naturales para aliviar las molestias podemos recurrir a la malva. Basta preparar una infusión de la planta y utilizarla como un enjuague bucal dos veces al día. También es útil el aceite de árbol de té, la caléndula y el aloe vera, cuyo gel es bueno para la salud de la encía.
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