Día Mundial Epilepsia: 7 de cada 10 la controlan con fármacos. O dicho de otro modo, los tratamientos farmacológicos permiten controlar la epilepsia y ayudan a llevar una vida completamente normal. Se estima, según datos médicos, que más de 400.000 personas en nuestro país padecen epilepsia, pero tan importante como el diagnóstico es hacer visible una enfermedad que, pese a ser una de las más antiguas del mundo, es también una de las más desconocidas. Para desterrar falsas creencias, la información es la clave.
Desde el año 2006 se celebra el Día Mundial de la Epilepsia. Una jornada para dar visibilidad a una patología neurológica que, pese a su prevalencia, sigue rodeada de falsas creencias y etiquetas, como el desconocimiento de que estamos ante una enfermedad que se puede controlar. De hecho, según datos médicos, en nuestro país hay más de 40.000 personas epilépticas -50 millones en el mundo-, con cerca de 22.000 nuevos diagnósticos al año (concretamente entre 12.000 y 22.000). Las crisis convulsivas son su manifestación más característica. Se estima que un 5% de la población puede tener en algún momento de su vida una crisis epiléptica, aunque esto no se traduce necesariamente en padecer epilepsia.
Tal y como hemos señalado, la epilepsia se puede controlar. Los actuales tratamientos farmacológicos permiten controlar la enfermedad en 7 de cada diez pacientes, lo que se traduce en llevar una vida normal. Si hay un porcentaje de pacientes, en torno a los cien mil, en los que el tratamiento con fármacos no es suficiente, por lo que es necesario recurrir a la cirugía.
El diagnóstico de la epilepsia, tal y como subrayan los especialistas, puede conllevar miedo o desconocimiento. Y esto es lo que hoy, Día Mundial de la Epilepsia, se quiere desterrar con un mensaje positivo. Estamos ante una patología cuya asignatura pendiente sigue siendo conocerla mejor, ya que el desconocimiento y las falsas etiquetas pueden condicionar la calidad de vida de quien la padece. De hecho, los estigmas que siguen rodeando a la epilepsia pueden tener consecuencias tan severas como la pérdida de autoestima y la aparición de crisis depresivas.
Así lo recoge el Libro Blanco de la Epilepsia, de la Sociedad Española de Neurología y la Fundación Ciencias de la Salud, el cual, entre otros aspectos, incide en que estamos ante una patología controlable y que, en algunos casos, remite de manera natural. De igual manera, también recuerdan que, contrariamente a lo que se cree, en una crisis epiléptica no es necesario introducirle nada en la boca.
Hay otra asignatura pendiente, como recuerdan los especialistas, y es la necesidad de crear más unidades de atención específica para el tratamiento de las epilepsias resistentes (epilepsia refractaria). Actualmente, en nuestro país, el tiempo medio de espera puede superar los 2-3 años. Además, según estudio elaborado por la Sociedad Española de Neurología, el 44% de estos pacientes no puede desarrollar su trabajo debido a la enfermedad, a lo que hay que sumar que más del 32% de ellos requiere de un cuidador. Otro dato a tener en cuenta es que más del 70% de los pacientes que han participado en este estudio consideran que su patología influye de manera considerable en su calidad de vida, habiendo visto reducido su rendimiento.