Día Mundial Contra el Ruido: Ansiedad, estrés y trastornos del sueño. Son tres de las consecuencias que puede tener para nuestra salud el exceso de ruido. Convivimos con él a diario, en ocasiones sin ser conscientes de que el ruido puede ser un enemigo para nuestra salud. Exponernos al ruido nos hace más vulnerables a padecer problemas de ansiedad, estrés y alteraciones del sueño. Sin olvidar los problemas auditivos o pérdida de audición. Hoy, Día Mundial Contra el Ruido, prestemos atención a nuestros oídos y al ruido al que les exponemos cada día.
Convivimos con él a diario, sin prestarle la debida atención, especialmente cuando supera los niveles recomendados. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS, más de nueve millones de personas en nuestro país conviven cada día con ruidos que superan los 65 decibelios (dB), el límite de ruido diurno recomendado. Durante la noche, el umbral del ruido debe ser menos a 30 dB durante ocho horas seguidas para asegurar el descanso. Pero el ruido no solo es molesto, sino también perjudicial para la salud. Hoy, coincidiendo con el Día Mundial Contra el Ruido, los expertos nos recuerdan que convivir con el exceso de ruido nos hace más vulnerables a padecer ansiedad, estrés, trastornos del sueño o problemas de cardiopatía isquémica, tal y como recoge el informe Ruido y Salud, realizado por el Observatorio Salud y Medio Ambiente de DKV, GAES y la Fundación Ecología y Desarrollo.
No son los únicos problemas detrás de los que puede estar la excesiva exposición a niveles altos de ruido. Así, también puede ser la antesala de problemas auditivos (pérdida auditiva) y, en el caso de los más pequeños, causar dificultades de aprendizaje.
La primera consecuencia del exceso de ruido es que nuestro descanso se ve alterado. Ante el exceso de ruido, las hormonas nerviosas se activan, aumentando la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y la vasoconstricción. Dormir mal nos hará sentirnos más fatigados al día siguiente y con más dificultades para concentrarnos. Si las dificultades para descansar persisten, al igual que los niveles de ruido, pueden derivar en estrés crónico, alteraciones del sistema inmunológico, problemas de memoria o ansiedad.
Respecto a la mayor o menor exposición al ruido, el informe ha constatado que en aquellas zonas donde los niveles son más altos también se producen un mayor número de ingresos hospitalarios, algo más del 5% por cada decibelio que se superan los niveles recomendados.
Los más afectados por el ruido son, sin duda, nuestros oídos. Cuidar nuestra salud auditiva es la mejor manera de prevenir los trastornos, como la pérdida de audición, relacionada en la mayoría de los casos con la exposición al ruido. Ruido procedente, en un 5-10% de los casos, de los auriculares para escuchar música. Tal y como alertan los expertos, escuchamos música a un volumen demasiado elevado –no superar el 60% del volumen máximo del aparato y no utilizar los auriculares más de una hora al día-, y esto nos hace candidatos a padecer presbiacusia, pérdida auditiva por la edad, hasta veinte años antes de lo que sería previsible. En otras palabras, este trastorno auditivo, el cual suele aparecer a partir de los 60, se adelanta a los 40 años, por el envejecimiento prematuro del oído a consecuencia del ruido.
Cuidar nuestra salud auditiva empieza por seguir la denominada Dieta contra el ruido. Una serie de consejos básicos para reducir los efectos negativos del ruido sobre la salud, como evitar los ambientes ruidosos, limitar el volumen de los aparatos reproductores de música, conducir de manera eficiente y no abusar del claxon, utilizar el transporte público y no molestar con ruidos innecesarios.