El consumo moderado de alcohol puede resultar perjudicial para el cerebro, según concluye un nuevo estudio científico de la Universidad de Oxford y College London, en Reino Unido. Un estudio observacional que indaga en los efectos del alcohol en la salud y que cuestiona que su consumo, incluso en cantidades moderadas, pueda ser beneficioso.
Numerosos estudios han profundizado en las consecuencias del consumo excesivo de alcohol en el cerebro, pero los investigadores británicos han ido más allá y se han preguntado cómo afecta realmente el consumo moderado. Los científicos analizaron los datos de consumo semanal de alcohol y el rendimiento cognitivo de 550 participantes (hombres y mujeres sanos) durante 30 años.
El estudio, publicado en la revista British Medical Journal, BMJ, también ha tenido en cuenta otros factores, tales como edad, sexo, actividad física y social, tabaquismo, riesgo de accidente cerebrovascular y antecedentes médicos.
¿Qué es consumo moderado de alcohol?
- El consumo moderado de alcohol según los científicos de Oxford son entre 14 y 21 unidades a la semana. 14 unidades equivalen a 4 pintas de cerveza o 5 vasos de vino de 175 ml a la semana.
- Una unidad son 10 ml u 8 gramos de alcohol. El consumo excesivo de alcohol serían 30 unidades a la semana.
¿Cómo afecta el alcohol al cerebro?
- Los científicos constataron que beber alcohol en exceso durante años aumenta el riesgo de atrofia del hipocampo del cerebro, lo que puede conllevar pérdidas de memoria y navegación espacial. Deterioro cognitivo irreversible.
- El dato más relevante según este estudio es que el consumo moderado de alcohol aumenta el riesgo de padecer una alteración del cerebro, en concreto, hasta tres veces más probabilidades en comparación con los abstemios. Daños que pueden afectar a la estructura que facilita la comunicación entre la zona derecha e izquierda del cerebro.
- El consumo de alcohol tiene consecuencias para la integridad de la sustancia o materia blanca del cerebro, clave para el correcto funcionamiento cognitivo.
- El alcohol afecta al lenguaje y provoca la pérdida fluidez en el léxico, más severa cuanto mayor es el consumo.
Aunque se trata de un exhaustivo estudio, los investigadores apuntan que las conclusiones no son firmes, pero generan nuevas hipótesis sobre el consumo de alcohol y los efectos que puede que hasta ahora se hayan subestimado.
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