Es una de las principales causas de muerte en España, pero es posible salvarse sin compañía. Cómo sobrevivir a un ictus estando sola.
Un ictus es quizás una de las peores sensaciones que se puede tener a lo largo de la vida. Esto es así principalmente porque puede acabar con ella. No tiene por qué, pero sí que en un alto porcentaje esta enfermedad puede llegar a afectar de forma drástica en ella. Y en el hipotético caso de salvarse, puede llegar a general también muchas secuelas y una discapacidad permanente.
Hay que tener en cuenta que un ictus es una enfermedad cerebrovascular. Esta afecta principalmente a los vasos sanguíneos que son los que suministran la sangre a nuestro cerebro. Si el riego no llega a nuestra cabeza y no se recibe oxígeno, las neuronas mueren y puede llegar a generar algún tipo de daño permanente o incluso muerte. En España es una de las principales causas de esto último y también de discapacidad.
Sobrevivir a un ictus estando sola
Es cierto que hay una gran forma de poder salvarse si se ha sufrido un ictus en la vida. Lo primero que hay que tener en cuenta es que si se llega a la atención hospitalaria dentro de las primeras horas se pueden reducir mucho las posibles secuelas o complicaciones hasta en un 30%. Por ello, es vital poder detectarlo cuanto antes para evitar que pueda ocurrir alguna desgracia mayor.
Esta faceta es clave para valorar la forma en la que se puede sobrevivir estando sola. Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay varias claves para poder evitar y minimizar los daños. Lo primero que hay que ver es si tienes un rostro caído. Es decir, si eres incapaz de gesticular o sonreír en algún lado de la cara. También hay que tener en cuenta que en el caso de que con una mano tengas fuerza y con la otra no seas capaz de apretar o mover algo puede ser síntoma de ictus. Si también eres incapaz de articular palabras de forma normal ni de aguantar la respiración puede ser otro síntoma.
Si te ocurre alguna de esas 3 cosas previamente mencionadas, hay que llamar automáticamente a urgencias. Debes dejar la puerta abierta para pedir ayuda por si la movilidad se redujese más y también, si puedes, llamar por teléfono a un familiar después de urgencias.