Distintos estudios científicos muestran que todos nuestros órganos no tienen la misma edad y algunos envejecen más rápido.
¿Sientes que algunos de tus órganos están mejor que otros? No te preocupes demasiado, ya que tu sentimiento es bastante común y le suele suceder a una gran cantidad de personas alrededor del planeta. El motivo es simple: no todos nuestros órganos tienen la misma edad y, de hecho, algunos envejecen más rápido que otros. La revista “Nature”, en uno de los últimos estudios que dio a conocer, asegura que el 20% de los habitantes tiene un órgano mucho más envejecido que el resto.
Claro que dicho envejecimiento se relaciona más con las posibles enfermedades, y aquí está lo grave o lo importante a tener en cuenta. Es decir: el factor de riesgo es mucho más elevado en un órgano más viejo que en otro más joven. No todo nuestro cuerpo crece y se desarrolla de la misma manera, como así tampoco se mantiene de una forma paralela.
Por eso, es importante reconocer cuáles de nuestros órganos son propensos a envejecer más rápido, así podemos anticiparnos a una posible enfermedad. Y, como ya sabemos, con un pronto diagnóstico, la curación está más cerca de ser posible.
Averiguar la edad de nuestros órganos es muy sencillo
En el citado estudio de la revista “Nature”, que se llevó a cabo en Estados Unidos, intervinieron 5.678 personas para concluir cómo los órganos se desarrollan a distinto ritmo. La noticia positiva del estudio es que se puede averiguar cuál es o cuáles son esos órganos que envejecen con mayor velocidad, encendiendo la alarma de una enfermedad y, en consecuencia, elevando la mortalidad.
¿Cómo se averigua? Fácil, a través de un sencillo análisis de sangre se detecta si un órgano envejece más rápido que otro. Tony Wyss-Coray, uno de los principales autores del estudio de la revista “Nature” y profesor de Neurología de Stanford, confirmó que analizando la sangre se puede estimar la edad biológica de un órgano en un ser humano aparentemente sano.
Los científicos, en estos casos, estudian los niveles de miles de proteínas en la sangre y a partir de esa observaron comienzan a obtener conclusiones mediante las famosas estadísticas. Por ejemplo, comprobaron cómo los cerebros más envejecidos tienen un 1,8 veces más probabilidades de padecer algún deterioro cognitivo en los próximos cinco años. Y también, entre sus observaciones, destacaron cómo el envejecimiento acelerado de los órganos logra a aumentar el riesgo de muerte entre un 20% y un 50%. Ni hablar en aquellas personas que sufren un envejecimiento cardíaco acelerado.