Aunque la alimentación es algo que debemos cuidar a diario, en determinados momentos, por problemas de salud, esta vigilancia debe extremarse. Así, por ejemplo, si nos tenemos a someter a una prueba como la colonoscopia, conviene tener en cuenta qué alimentos podemos tomar y cuáles no en los días previos a su realización.
La colonoscopia es una prueba diagnóstica eficaz, segura y sencilla de realizar. De hecho, los especialistas consideran que es la prueba más certera para diagnosticar el cáncer de colon. Se puede solicitar en casos de síntomas de problemas abdominales que no responden a ninguna causa concreta; en casos de colitis o enfermedad inflamatoria intestinal; en caso de sospecha de presencia de pólipos o tumores localizados; en casos de presencia de sangre en las heces; y en los casos de pacientes con antecedentes (familiares o personales) de cáncer de colon o pólipos.
En este caso concreto, de lo que se trata es de depurar el organismo, especialmente el tracto gastrointestinal, es decir, mantenerlo limpio. Por lo tanto, conviene revisar nuestra dieta y apostar por una serie de alimentos. Esto es lo que vamos a ver a continuación.
Colonoscopia: alimentos permitidos Antes de realizar una colonoscopia, es aconsejable seguir, al menos durante tres o cuatro días antes, una dieta baja en fibra. Entre los alimentos permitidos se incluyen los lácteos desnatados (leche y yogur natural), queso fresco bajo en grasa, pan blanco o tostado, galletas no integrales, caldos sin arroz, carne y pescado blanco (a la plancha o cocido), patatas (cocidas o en pure), membrillo, melocotón en almíbar, pera o manzana (cocida o asada, mejor sin piel), té o infusiones ligeras.
Por su parte, está desaconsejado tomar durante estos días previos a la prueba productos lácteos enteros, legumbres, verduras, quesos grasos, carne grasa, pescado azul, embutido, chocolate, dulces y frutos secos.
En líneas generales, además de las pieles, también se deben evitar las semillas y los filamentos (como los de los tomates pelados), así como aquellos alimentos con alto contenido en fibra (frutas, salvo las indicadas, verduras, legumbres, arroz, pasta integral…). Sí se pueden tomar zumos de fruta, pero siempre hay que filtrarlos bien. Lógicamente, hay que evitar las especies o aderezos picantes. De igual manera, conviene no abusar de las bebidas azucaradas o los refrescos. El aceite de oliva también se puede tomar, sobre todo para sazonar.
Ante una prueba de este tipo, y ante cualquier pregunta, no dude en consultar al médico. De hecho, es importante que siempre que vayamos al médico salgamos de la consulta con todas las dudas resueltas. En este caso, también conviene consultar sobre el tipo de alimentación más adecuado antes de someternos a una prueba como la colonoscopia.
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