La cifosis es una dolencia de la columna vertebral que aparece, generalmente, durante la adolescencia y que, para su correcto tratamiento, lo prioritario es desvelar cuáles son las causas que están detrás. Además de tratar de resolver estas dudas, vamos a ver también algunos ejercicios correctivos.
Junto a la escoliosis y la lordosis, la cifosis es una de las dolencias más frecuentes de la columna vertebral. La cifosis se puede definir como una curvatura anormal de la columna vertebral, a la altura de la zona media y superior de la espalda. Puede tener causas varias y, por tanto, características particulares. En algunos casos, aunque haya cifosis, la columna se ve normal no siendo necesario ningún tipo de tratamiento y aplicando solo ciertas medidas, como mantener una postura adecuada, para corregir la leve curvatura. Ciertas medidas preventivas, así como el poner en práctica algunos ejercicios correctivos, ayudarán a aliviar los síntomas y a prevenir la dolencia. Vamos a centrarnos en un poco más en los cuidados que podemos poner en práctica.
Cifosis: características y causas
Aunque es un problema de la columna que se suele manifestar durante la adolescencia, también puede aparecer en la edad adulta como consecuencia de algún traumatismo o del diagnóstico de patologías crónicas y degenerativas, como la osteoporosis o la artritis. La cifosis más común es la postural, la cual puede provocar alguna incomodidad pero no suele llegar acompañada de dolor, tal y como sí sucede en los casos más severos de cifosis.
Además de postural –la cual se desarrolla a lo largo del tiempo y es cómplice de las malas posturas-, la cifosis puede ser congénita o estructural (cifosis de Scheuemann).
La cifosis se produce cuando hay una curvatura fisiológica de la columna, entre los 25 y los 45 grados. Por debajo de estos niveles se denomina hipocifosis. Por encima, hipercifosis. Es común llegar a confundir cifosis con lordosis, si bien esta última hace referencia a la curvatura de la columna con la presencia de una depresión pronunciada de la columna vertebral en la región lumbar.
Cifosis: ejercicios y medidas preventivas
Excluyendo la posibilidad congénita, en otros casos la curvatura se acentúa con el tiempo, por lo que la prevención es una estrategia a seguir para retrasarla y, en la medida de lo posible, evitarla. Medidas fáciles de aplicar y eficaces para evitar que el problema empeore. Así, en algunos casos es suficiente, para corregir la cifosis, adoptar las posturas correctas –al sentarse, al dormir, al ponerse delante del ordenador o al levantarse- desde la infancia. Por la forma en cómo nos sentamos y realizamos determinados tareas –por ejemplo, la postura a la hora de comer o enfrente del televisor- podemos determinar si somos o no más vulnerables a padecer problemas de espalda, tanto dolores generales como específicos. No hay que subestimar ni restar importancia a las posturas incorrectas, sobre todo en el caso de los niños y adolescentes, ya que puede ser una señal de un problema de la columna vertebral.
Si la corrección de las posturas no es suficiente, hay otros remedios, como la práctica de determinados deportes, por ejemplo, la natación. Es aconsejable consultar al médico cuál es la actividad física más recomendada en función de la causa de aparición de cifosis. También se puede optar por un programa de ejercicios específicos, supervisados por el fisioterapeuta.
Entre los ejercicios correctivos se incluyen aquellos que se basan en extender, con la espalda rígida y recta –apoyada sobre una pared, por ejemplo-, las extremidades superiores, realizar elevaciones y rotaciones de los hombros. Los ejercicios para fortalecer los músculos del abdomen y la zona dorsal también son un buen aliado para cuidar la columna vertebral.
Cuando el ejercicio físico no es suficiente, y también fallan otras medidas, y la curvatura de la espalda es superior a 75 grados, el especialista puede recomendar la cirugía para corregir el problema.