La ciática es una neuralgia que afecta a las extremidades inferiores, caderas y espalda, producida por inflamación o lesión del nervio ciático. ¿Cuáles son sus causas y síntomas?, ¿cuál es el tratamiento más efectivo? Vamos a tratar de dar respuesta a estas preguntas sobre una dolencia que puede ser muy dolorosa.
El nervio ciático es el más largo y grueso de todos los nervios que tenemos. Está formado por la conjunción de cuatro raíces nerviosas de la médula espinal. Sale de la pelvis a través del agujero ciático mayor, atraviesa la región glútea y el muslo en sentido longitudinal y, al llegar a la altura de la rodilla, se bifurca en dos, el nervio ciático poplíteo externo y el interno. El nervio ciático, por su gran tamaño, recoge la sensibilidad tanto de los glúteos como de la cara posterior del muslo, la pierna y el pie. Las mujeres, durante el embarazo, somos más vulnerables a padecer esta dolencia.
Ciática síntomas
El dolor es el síntoma más característico de la ciática, al que pueden acompañar los calambres, sensación de hormigueo, entumecimiento, ardor y debilidad muscular y limitación de la movilidad. La mayoría de los pacientes cuando recurren al médico reconocen haber sufrido episodios anteriores que, no obstante, remitieron a los pocos días con reposo y la toma de analgésicos. El dolor se suele localizar en la región lumbar, glúteos, y se extiende por la parte posterior de la pierna hasta el pie, aumentando al realizar esfuerzos, cambiar de posturas o movimientos determinados.
Ciática causas
Las causas de la ciática suelen estar detrás de una lesión, compresión o inflamación de las raíces del nervio. Todo aquel proceso que comprime la zona altera su anatomía y su función, dando lugar a los dolores ciáticos. Los más frecuentes son la hernia de disco intervertebral, las lesiones por esfuerzo, las fracturas y luxaciones, las lesiones inflamatorias (artritis), las lesiones degenerativas (artrosis) y las lesiones tumorales.
Ciática diagnóstico
Además de la sintomatología, para un diagnóstico certero se realiza una exploración del paciente y se tienen en cuenta los reflejos, la sensibilidad y el tono a la hora de mover la extremidad y, sobre todo, con pruebas radiológicas de imagen, TAC y resonancia magnética. La electromiografía y la velocidad de conducción nerviosa permiten valorar la evolución del proceso.
Ciática prevención
El ejercicio físico –adaptado a la condición física- y la realización de tablas de ejercicios para mejorar la flexibilidad, el tono y la fuerza de los músculos es una de las medidas preventivas. La práctica de ejercicios de yoga o pilates, así como la natación son buenos aliados.
Asimismo, se deben evitar las posturas incorrectas, los movimientos forzados o bruscos y los sobreesfuerzos (cargar con demasiado peso de manera incorrecta). La ergonomía –colocar la silla y la mesa, por ejemplo, en las posiciones correctas- también ayuda a evitar la aparición de problemas de ciática. Es importante adaptar la cama y la almohada durante el sueño. El colchón debe ser firme y la almohada, mejor de poco volumen.
Ciática tratamiento
El reposo en cama no suele ser muy recomendable, y sí lo es la pérdida de peso, los masajes y los tratamientos quiroprácticos. En un principio, cuando aparece la ciática, se debe reducir la actividad física, aplicar frío y calor de forma alternativa sobre la zona afectada, tomar fármacos para reducir el dolor y la inflamación (paracetamol, ibuprofeno). Cuando el dolor no cede con los medicamentos tradicionales, puede recurrirse a analgésicos más potentes o realizar infiltraciones. El tratamiento quirúrgico se aplica solo cuando el origen de la ciática responde a una causa anatómica (hernia de disco) y en aquellos casos en los que se detecte una lesión del nervio que pueda tener consecuencias irreversibles.