Las vitaminas son nutrientes esenciales en nuestra dieta para garantizar la salud, por lo que no debemos subestimar los problemas relacionados con su carencia. Entre ellas, la deficiencia de vitamina D, la cual podemos prevenir adoptando una serie de hábitos saludables en la mesa. En algunos casos, no obstante, es necesario seguir un tratamiento específico con la toma de suplementos. Para adelantarse al diagnóstico, lo mejor es conocer cuáles son los síntomas o señales de que nuestro organismo sufre una carencia de vitamina D, la supervitamina.
La vitamina D La vitamina D, quizás menos conocida que otras como la vitamina C, por ejemplo, pero no por ello menos importante para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Entre otras funciones, la vitamina es esencial para asegurar el equilibrio en los niveles de calcio y fósforo en la sangre, así como para facilitar al organismo la absorción del calcio. Es el mejor aliado posible para mantener los huesos fuertes y sanos, ayudando a mejorar la fuerza muscular y estimular una respuesta positiva del sistema inmunológico en caso de necesidad.
Síntomas carencia y causas Cuando nuestro organismo tiene carencia de vitamina D, ¿quién es el responsable? Las principales causas son de dos tipos: por un lado, la falta de exposición a la luz solar y por otro una alimentación pobre en alimentos ricos en vitamina D. Cuando hacemos referencia al sol, lo que muchos desconocen es que éste puede proporcionar, de manera indirecta, una generosa cantidad de vitamina D.
La carencia de vitamina D puede provocar síntomas tales como debilidad y fatiga anormal, dolor de cabeza y debilidad muscular, hormigueo y una mayor fragilidad de los huesos y vulnerabilidad a las lesiones.
Dieta y tratamiento El mejor tratamiento contra la deficiencia de vitamina D es seguir una dieta saludable, sana y variada y disfrutar de las actividades al aire libre (algo tan sencillo como dar un paseo). En la mesa, hay que asegurarse de la correcta ingesta diaria de vitamina D apostando por alimentos como el pescado azul, el salmón, el atún, leche, huevos, queso, anchoas, pez espada, los granos y el hígado, por ejemplo.
Por su parte, salir al aire libre para disfrutar del sol, una bendición para llenarse de energía y vitamina D. Esto no significa que haya que pasarse varias horas al sol. Con 15 minutos al día es suficiente para la síntesis de la vitamina D.
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