Captotrofilia: ¿Te gusta mirarte al espejo o es una obsesión? A todas las mujeres nos gusta de vez en cuando echarnos un vistazo al maquillaje, al peinado o al modelo que elegimos para salir a la calle, pero cuidado, puede que esta simple acción nos atrape y pueda llegar a convertirse en una obsesión, llegando a transformarse en la llamada captotrofilia. Este tipo de enfermedad esta comprobada psiquiátricamente y consiste en la necesidad de mirarnos en cualquier superficie que refleje nuestra imagen, aunque nos hayamos mirado hace 30 segundos. Pero tranquilas, con un poco de ayuda se puede superar con facilidad.
¿Sientes la necesidad constante de mirarte no sólo a un espejo, sino a cualquier superficie reflectante? Pues ten mucho cuidado, porque puedes estar sufriendo la llamada captotrofilia.
Todas las mujeres cuando salimos de casa después de arreglarnos y pintarnos, nos aseguramos de que estamos perfectas varias veces frente al espejo, pero si cada vez que pasas por un escaparate te fijas en alguna parte de tu cuerpo, te miras en la pantalla de tu móvil, o en cada semáforo en rojo aprovechas para bajar el espejito del parasol de tu coche, puede que estés obsesionada, tanto con tu imagen o con alguna parte de tu cuerpo en concreto.
Esta obsesión se llama captotrofilia, y se define como la obsesión compulsiva a mirarse a los espejos o reflejos.
Ese problema tiene mucho que ver con sufrir algún tipo de complejo, ya sea que nuestra nariz es demasiado grande, nuestro trasero demasiado voluminoso, somos incapaces de vernos un granito sin dejar de mirarlo, o simplemente nos miramos al espejo para buscar algún defecto que en realidad en inexistente.
Este comportamiento suele ser de carácter migratorio, es decir, que cada día puede centrarse en un lugar del cuerpo distinto, que puede llevar a empezar a pensar en la cirugía estética como solución a los problemas.
La captotrofilia puede llegar a ser muy peligrosa, ya que si comenzamos a retocarnos alguna parte del cuerpo, después nos obsesionaremos con otra, y finalmente podremos llegar a parecernos a algunas de las famosas peor operadas, o sencillamente a una muñeca de silicona y bótox.
Pero tranquilas, si os sentís identificadas con este tipo de obsesión, que puede llegar a repetirse hasta 70 veces al día, no os disgustéis, sino que podéis acudir a un especialista para que os ayude a encontrar el motivo de vuestro problema, y olvidaros de él, exactamente igual que los complejos, ayudándoos a entender lo que son y superarlos igualmente.