Cansancio: ¿Síntoma sin importancia? Lo reconocemos sin problemas pero, curiosamente, no le prestamos la debida atención, atribuyéndolo generalmente a un malestar pasajero, hasta que el cansancio persiste con más frecuencia de la deseada. El cansancio puede ser la señal de que algo no va bien y, de hecho, el agotamiento puede tener muchas causas, desde un desequilibro en la alimentación (la carencia o déficit de un nutriente) hasta una enfermedad. Si nos sentimos cansados y tenemos dudas, lo más aconsejable es consultar al médico.
¿Te sientes más cansada de lo habitual y sin una causa aparente? A todos, por diferentes circunstancias, nos asalta en determinados momentos el agotamiento, una sensación de falta de energía y, al tiempo, de motivación. Pero el cansancio, ¿es un problema o un malestar sin importancia? Tendemos, por regla general, a no concederle excesiva importancia al principio, sin embargo, el cansancio puede ser la señal que nos advierte de que algo no va bien. Un cansancio que, cuando es persistente, puede venir acompañado de otros síntomas como pérdida de peso, pérdida de apetito o alteraciones del sueño. Síntomas que pueden desvelar un problema de anemia, diabetes, artritis, fibromialgia, lupus o trastorno de tiroides (hipotiroidismo). Esto en el plano físico, porque el cansancio también puede ser una respuesta al estrés, la ansiedad o la depresión. No hay que olvidar mencionar que algunos medicamentos, como los antihistamínicos o las pastillas para dormir, pueden provocar fatiga.
Cansancio: Cuando la clave es la alimentación
La alimentación y el exceso de peso también pueden estar detrás del cansancio. Por ello, es importante revisar nuestra alimentación, ya que podemos tener un déficit de algún nutriente esencial y si ingerimos los suficientes hidratos de carbono (cereales integrales, patatas), los encargados de aportar energía a nuestro organismo. La carencia de minerales como el hierro o el cinc también puede provocar sensación de agotamiento.
Cuidar nuestra alimentación es esencial para prevenir el aumento de peso, el cual también puede ser causa de fatiga. Pan y pasta integrales, patatas, lácteos desnatados o semidesnatados, legumbres, pescado, verduras de hojas verdes y frutas (especialmente manzanas y plátanos, ricos en potasio) no deben faltar en nuestra alimentación para prevenir el cansancio que pueda estar motivado por una dieta desequilibrada. Los frutos secos son ricos en grasas saludables, al tiempo que nos aportan vitalidad.
Si tenemos un problema de hipertensión, para evitar el cansancio conviene evitar la ingesta de bebidas estimulantes y el exceso de azúcar, ya que elevarán la tensión y, con ello, la sensación de fatiga.
Cansancio: Recuperar hábitos saludables
No solo lo que se come, sino cómo se come puede hacer que nuestro organismo se sienta cansando. Por ejemplo, unos hábitos desordenados, no seguir unos horarios de comida o caer en el picoteo. Nuestro organismo funciona como un reloj y la falta de energía retarda su mecanismo. Por ello, es importante hacer cinco comidas al día y evitar pasarse más de cuatro horas sin ingerir nada. Hidratarse correctamente, realizar ejercicio físico y cuidar las horas de sueño son otros de los consejos a seguir para reducir la sensación de cansancio.
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