La candidiasis oral se delata por la aparición de unas manchas aterciopeladas y blanquecinas (de ahí que también se conozca como algodoncillo) en la lengua y en la boca. Debajo de estas manchas pueden aparecer lesiones que al frotarlas con el cepillo de dientes, por ejemplo, sangran fácilmente.
Aunque la candidiasis oral no produzca molestias o dolor, conviene vigilar si las manchas aumentan de tamaño y de número o si notamos la boca seca o un ligera sensación a quemazon en la boca. ¿Qué hacer si tengo candidiasis bucal?, ¿cómo se contagia la candidiasis en la boca? Prevenir es invertir en salud, y de ahí la importancia de consultar siempre al médico o dentista en caso de detectar cualquier cambio en la boca.
La candidiasis oral es una infección del revestimiento de las membranas mucosas de boca y lengua provocada por el hongo denominado cándida, el cual está presente de manera habitual en la flora bucal, si bien su equilibrio se mantiene gracias al sistema inmunitario.
Tener las defensas bajas o un sistema inmunitario débil favorece el crecimiento de la cándida y que se expanda por la boca. Hay muchos factores que pueden debilitar el sistema inmunitario y aumentar el riesgo de infecciones bucales.
La candidiasis bucal puede afectar a adultos y niños, si bien en el caso de estos últimos suele remitir de manera espontánea al cabo de varias semanas.
La candidiasis oral no es una enfermedad contagiosa, sino infecciosa, lo que significa que no puede contagiarse a amigos o familiares a través de besos o abrazos.
Hay una serie de circunstancias que aumentan las probabilidades de desarrollar hongos en la boca:
Es importante conocer la causa para aplicar el tratamiento más adecuado. Si la simple observación de las manchas genera dudas sobre el diagnóstico, el médico puede recomendar un raspado bucal o cultivo.
Para su tratamiento puede resultar eficaz incluir en la dieta lácteos con bífidus (sobre todo en caos de tomar antibióticos), si bien en otros puede ser necesario recurrir a los antifúngicos (nistatina) para realizar enjuagues bucales hasta que remitan las lesiones o en forma de tabletas (clotrimazol).
Es aconsejable cambiar el cepillo de dientes, optando por uno más suave, y realizar enjuagues bucales con agua oxigenada diluida en agua dos veces al día. En el caso de las personas con diabetes también es fundamental mantener un control adecuado de los niveles de glucosa en sangre.
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