Cáncer de ovario: Nuevo tratamiento con el fármaco Avastin. La Comisión Europea responsable de regular el uso de los medicamentos acaba de dar el visto bueno a la utilización del fármaco comercializado por los laboratorios Roche para el tratamiento de uno de los tumores más frecuentes en las mujeres, el cáncer de ovario. Un fármaco que en Europa ya se utiliza para tratar otros cuatro tumores, entre ellos el de pulmón y el cáncer de mama, uno de los más frecuentes entre las mujeres.
Un nuevo fármaco se suma a la lucha contra el cáncer de ovario. Se trata de Avastin (Bevacimuzab), comercializado por los laboratorio Roche, y cuyo uso terapéutico acaba de ser autorizado por Europa en el tratamiento del cáncer de ovario, con lo que ya son cinco los tumores en los que se utiliza: cáncer de mama, pulmón, colorrectal y renal. Esto, como señaló la propia compañía suiza en un comunicado remitido tras recibir la autorización europea, lo sitúa como uno de los pocos fármacos existentes indicados para varios tratamientos contra el cáncer, cuyo aumento de la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes sigue siendo todo un reto para la investigación médica.
El uso de Avastin acompaña al tratamiento de quimioterapia y, según han señalado las autoridades sanitarias responsables, en los casos de cáncer epitelial de ovario avanzado, tumor de trompas de Falopio o primario de peritoneo. Este fármaco se administrará a las pacientes tras someterse a cirugía, y durante la quimioterapia. Tras los ciclos, se mantendrá el Avastin (cuya dosis recomendada es una vez cada tres semanas) durante un periodo máximo de un año. El cáncer de ovario es, junto al cáncer de mama, uno de los más temidos en el capítulo ginecológico. Según datos de los propios laboratorios Roche, cada año mueren en el mundo 140.000 mujeres a consecuencia de un tumor de ovarios, cifra que se eleva a los 220.000 diagnósticos. Hasta ahora, los tratamientos se limitaban a la cirugía y los ciclos de quimioterapia.
Hace un par de meses este fármaco también fue noticia, aunque precisamente porque se retiró su uso en el tratamiento del cáncer de mama al considerar que no cumplía todos los objetivos terapéuticos previstos. Si bien, hay que señalar que dicha desautorización solo se produjo en Estados Unidos, mientras que en Europa sigue formando parte de las terapias antitumorales.
La autorización de su uso en Europa también para el tratamiento del cáncer de ovario viene avalada por los resultados clínicos de dos ensayos, en los que se constató un aumento de la supervivencia de las pacientes tratadas con este fármaco y las que solo fueron tratadas con quimioterapia. La detección precoz, al igual que en el resto de tumores, es fundamental, aunque, en ocasiones, los síntomas pueden ser leves en las etapas iniciales y pueden pasar desapercibidos para la propia mujer. Entre los más comunes, los dolores o molestias en la zona baja del abdomen, pérdidas de sangre, menstruaciones irregulares, dolores de espalda sin motivo aparente o vómitos y pérdida de apetito.
Aunque suele diagnosticarse en mujeres mayores de 50 años, también puede aparecer en mujeres más jóvenes.