Cáncer de ovario: Más de 3.000 diagnósticos al año. Una cifra que preocupa, y mucho, a los especialistas en Ginecología y Oncología, ya que como subrayan el principal problema al que se enfrentan en uno de cada siete casos es que el cáncer se diagnostica en etapas muy avanzadas. El cáncer de ovarios es, junto al de mama, uno de los más frecuentes en las mujeres, si bien, la ausencia de síntomas en la fase inicial, hace que en muchos casos el diagnóstico se retrase. La detección precoz es, en este caso, vital.
El cáncer de ovario es uno de los tumores ginecológicos que más preocupa actualmente a los médicos y oncólogos. El motivo son las cifras de prevalencia y de supervivencia, ya que si en el caso de los tumores de mama puede llegar hasta el 80%, en el de ovarios se reduce al 25% a los cinco años de haberse diagnosticado en fase ya avanzada. Según los últimos datos puestos encima de la mesa, al año se diagnostican más de 3.000 tumores de ovarios en España al año, aunque uno de cada siete se hacen en una fase demasiada avanzada. Son los datos del último estudio, dirigido por el Servicio de Oncología del Doce de Octubre de Madrid y en colaboración con la Fundación Mutua Madrileña, y en el que han participado quince centros hospitalarios de once comunidades autónomas. Un informe elaborado con un objetivo: detectar los fallos y mejorar el diagnóstico del cáncer de ovarios. Además, se han editado dos guías para médicos y pacientes sobre las líneas de actuación a seguir en el caso de un diagnóstico positivo.
La concienciación y la importancia de realizarse revisiones ginecológicas de manera periódica debe, ser el primer paso para darle la vuelta a unas cifras que, por ahora, son negativas en la lucha contra este tipo de tumor, el cual suele desarrollarse en la etapa posmenopáusica. Los expertos aseguran que si se diagnostica en una fase inicial (estadios I y II), las posibilidades de supervivencia se incrementarían de manera notable (hasta el 90% con las terapias y tratamientos actuales). La detección precoz, al igual que en otras muchas enfermedades, es vital, porque además en este tipo de tumores los síntomas al inicio son prácticamente irreconocibles. Es lo que se conoce como un tumor silente, ya que las primeras señales son tan generales como un dolor abdominal o una molestia gastrointestinal.
No solo la falta de concienciación juega en contra del diagnóstico en fases iniciales de este tipo de tumor. Así, los propios especialistas en oncología han señalado que no siempre se realiza una ecografía abdominal en la consulta ginecológica. En los casos en los que no se realice, y se sospeche que los síntomas pueden tener algo que ver con esta enfermedad, recomiendan que sean las propias mujeres las que la soliciten.