Cáncer de ovario: ¿Cómo aumentar la supervivencia un 20%? Es uno de los cánceres femeninos menos frecuentes, pero no por ello el menos agresivo. Se calcula que año se diagnostican en nuestro país 3.000 nuevos casos de cáncer de ovario, y es precisamente en el diagnóstico donde está la clave para mejorar el tratamiento y aumentar la supervivencia. Estamos ante un tumor que se suele detectar tarde, por lo que expertos reclaman una atención específica y especializada en estos casos, a través de un ginecólogo oncólogo.
El desarrollo y el estadio del tumor en el momento del diagnóstico influyen directamente en las posibilidades de supervivencia, pero también de cómo se presta la atención médica. Así lo han señalado los propios expertos y especialistas en ginecología, reunidos en el Congreso Internacional sobre Cáncer Ginecológico que se está celebrando en Madrid, los cuales han subrayado la importancia de que las mujeres diagnosticadas sean tratadas y atendidas durante el proceso por un especialista, un ginecólogo oncólogo y no un médico solo especializado en ginecología o en cirugía general. No es una cuestión menor, ya que una atención específica puede suponer hasta un 20% más de posibilidades de ganar la batalla a este tumor femenino.
Aunque no es el tumor más frecuente entre las mujeres, sí es uno de los más letales. Cada año en nuestro país se diagnostican 3.000 nuevos casos de cáncer de ovario, pero su asintomatología en las fases iniciales y la carencia de un programa eficaz de detección precoz suponen, según las cifras aportadas por los expertos, que hasta un 85% de los tumores se detecten en un estadio avanzado. Cuando se detecta tarde, la supervivencia a cinco años se sitúa entre el 25 y el 30%. Una cifra media, apuntan también los médicos, a la cual se puede dar la vuelta con una mayor especialización en diagnóstico y en procesos de cirugía en estos casos. Y es que actualmente en nuestro país no contamos con una lista de centros de referencia en atención al cáncer de ovario, un tumor que en fase avanzada puede alcanzar al abdomen, casos en los que se requiere una cirugía específica, la citorreducción. Si ésta es practicada por un ginecólogo cirujano, eliminando todos los residuos del tumor, la supervivencia se duplica, alcanzando los 80 meses.
Aunque en nuestro país contamos con grandes profesionales e investigadores en el campo de la medicina y, en concreto, en el de los tumores, es hora de dar un paso más en la formación. Especialización que médicos, ginecólogos y oncólogos reclaman, y que ya existe en otros países desde hace décadas, como es el caso del programa específico de formación de la Asociación Americana de Ginecología y Obstetricia de Estados Unidos.