Cáncer de mama: Test de sangre, nuevo aliado. Un sencillo análisis de sangre se ha desvelado como una nueva herramienta para ganar la batalla al tumor y mejorar el diagnóstico precoz, esencial en el tratamiento de uno de los cánceres femeninos más frecuentes. Los expertos parten de la premisa de que en un test de sangre pueden hallarse las denominadas células tumorales sanguíneas, presentes incluso en fases tempranas y cuando aún no se han diseminado, es decir, antes de que se produzca una posible metástasis. Se estima, según datos médicos, que en nuestro país se detectan 44 cánceres de mama al día.
Ganar la batalla al cáncer de mama es posible y cada vez, médicos y pacientes, cuentan con más aliados a su favor. El diagnóstico precoz es fundamental y, a partir de ahí, es una de las principales vías de investigación, la cual ha dado nuevos frutos, como el de constatar que un simple análisis de sangre puede convertirse en una herramienta imprescindible capaz de detectar la presencia de células tumorales circulantes (denominadas CTC) en el torrente sanguíneo incluso en las fases más tempranas de este tipo de tumor femenino. El hallazgo viene de la mano de los especialistas e investigadores en oncología del MD Anderson de Houston (dirigidos por Anthony Lucci, de la universidad estadounidense de Texas) y se ha basado en la hipótesis de que un análisis de sangre puede mejorar en la mujer el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama.
Estudios anteriores ya habían identificado la presencia de estas células en sangre, pero lo habían hecho en los casos de pacientes diagnosticadas de cáncer de mama con metástasis. Un hallazgo, según han subrayado los expertos, muy importante, ya que hasta ahora lo que se tenía claro es que los tumores, por regla general, tienden a expandirse a través del sistema linfático. Este descubrimiento amplía el diagnóstico y las características del tumor, ya que estas células tumorales están directamente relacionadas con el desarrollo y la progresión del cáncer y, por tanto, con la supervivencia. En otras palabras, son capaces de predecir la evolución de la paciente diagnosticada de este tumor en sus fases iniciales. De las más de 300 pacientes que han participado en este estudio que revalida el papel de estas células, más del 24% presentaban estas células en la sangre. Los investigadores también constataron a mayores niveles de estas células, más posibilidades de un empeoramiento del diagnóstico y pronóstico de supervivencia. Así, del total de pacientes en las que se detectó presencia de estas células tumores, al 15% sufrió una recaída y el 10% falleció a lo largo de los cinco años que ha durado el estudio. Un porcentaje que en el caso de las pacientes que no presentaron ningún rastro de células tumorales en la sangre se redujo al 2%. Las recaídas también fueron mucho menores, un 3%.
Esta investigación, publicada en The Lancet Oncology, marca uno de los caminos a seguir en la mejora del tratamiento del cáncer. Aunque hay que subrayar que los avances en el área de oncología, y en concreto en el tratamiento del cáncer de mama, ha dado grandes e importantes pasos en los últimos años. La concienciación, la mayor información y la sensibilización de la sociedad juegan igualmente un papel fundamental para seguir luchando y mejorando las tasas de supervivencia del cáncer de mama.