El bocio es el aumento de la glándula tiroides y cuando se presenta con varios nódulos se le denomina bocio multinodular. Se trata de una dolencia benigna, y de hecho en la mayoría de los pacientes las hormonas tiroides resultan normales, aunque éstas también pueden alterarse provocando lo que se conoce como bocio hiperfuncionante. ¿Cuáles son sus causas?, ¿cuáles son las señales que nos alertan del bocio? y, sobre todo, ¿cuáles pueden ser consecuencias y cómo tratarlo? Vamos a ver, más detenidamente, qué hay detrás de esta dolencia.
Causas
La causa más común del bocio es la carencia de yodo en la dieta, cuya principal fuente son los pescados y la carne. También encontramos yodo en otros alimentos como la sal o el pan. Otras causas del bocio pueden estar en la herencia genética, siendo una dolencia más común en las mujeres, sobre todo entre los 35 y los 45 años. Hay que señalar que se trata de uan patología que evoluciona muy lentamente.
Síntomas
La primera señal del bocio suele ser la aparición de un pequeño bulto en el cuello. Si aumenta de tamaño puede provocar dificultades respiratorias, tos y problemas en la deglución. Cuando detrás del bocio hay una alteración de las hormonas tiroides y provoca hipertiroidismo o hipotiroidismo también pueden cursar síntomas relacionados con estos trastornos.
Para su diagnóstico el médico realizará una ecografía del cuello para determinar las características del bocio. La analítica de sangre permitirá comprobar las hormonas tiroides y otros factores de ayuda para confirmar el diagnóstico. Si la ecografía no desvela un diagnóstico concluyente, el médico puede prescribir otras pruebas como una gammagrafía tiroidea, TAC o resonancia.
Consecuencias y tratamiento
El tratamiento dependerá de la causa y de los síntomas que presente el paciente. Cuando el bocio es pequeño, no hay alteración de las hormonas tiroides y el paciente no presenta molestias, suele ser suficiente con controlar su evolución cada seis meses. En caso de alteración de las hormonas, habrá que tratarlo adecuadamente (en función de si es hipotiroidismo o hipertiroidismo) además de realizar controles más frecuentes. En algunos casos puede ser necesario realizar cirugía, sobre todo cuando el bocio provoca compresión a nivel del cuello.
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