De igual manera que los animales adultos no toman leche, ¿podría ser que incluirla en nuestra alimentación tampoco sea natural? Hay otras hipótesis que plantean que quizá aquí esté la respuesta a la intolerancia a la lactosa, la cual se produce cuando el organismo carece o no produce suficiente lactasa. Esta sustancia se encarga de descomponer la lactosa (el azúcar que contiene la leche) para metabolizarla.
¿Es la leche un alimento apto para adultos? Vamos a ver, a continuación, lo que plantean los investigadores.
Intolerancia a la lactosa La intolerancia a la leche se manifiesta por síntomas muy específicos, como la diarrea, distensión abdominal, gases, hinchazón, retortijones, vómitos y náuseas. Por lo general, se puede dar solucionar este problema siguiendo una dieta adecuada, evitando el consumo de alimentos que contengan lactosa, siendo los más frecuentes los lácteos y los derivados, pero también puede encontrarse en otros productos como el jamón de york, los purés y sopas envasadas, los helados o los biscotes integrales.
La lactosa, para ser utilizada como una fuente de energía, debe descomponerse en dos azúcares simples, la glucosa y la galactosa. Todos los mamíferos, incluyendo los humanos, producen la lactasa, la responsable de la descomposición de la lactosa. La producción de la enzima tiende a disminuir y cesa casi por completo entre los 5 y 10 años. Es por esto que algunas personas manifiestan en la edad adulta, y no antes, intolerancia a la leche. Sin embargo, la regla no es general, ya que en otros muchos casos no implica problemas en el consumo de leche. Tal y como señalan desde la Asociación Española de Pediatría, la leche de vaca ha formado parte de la alimentación en gran parte de Europa en los últimos 10.000 años y, en su momento, la tolerancia a la leche constituyó una ventaja adaptativa.
La mutación genética A través del análisis del ADN se descubrió que la producción de lactasa es regulada por un gen presente en el cromosoma 2. La aparición de mutaciones es lo que ha hecho, a lo largo del tiempo, que se creará una resistencia a la lactosa. Según un estudio publicado por la revista Nature, sólo el 35% de los humanos puede tomar leche en la edad adulta sin que le cause dolor de estómago. Esta mutación genética habría sido constatada con el tiempo como una ventaja evolutiva. Es decir, si estamos entre los seleccionados genéticamente para seguir tomando leche en la edad adulta, tenemos la suerte de poder aprovechar todos sus beneficios, especialmente nutrientes esenciales para el organismo. Es el caso, por ejemplo, de la vitamina D que regula la absorción de calcio. El consumo regular de leche evita el riesgo de enfermedades, como el raquitismo.
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