Asma alérgica: ¿Causa de intolerancia alimenticia?

asma y alergias alimentarias
Asma alérgica: ¿Causa de intolerancia alimenticia? Padecer asma alérgica y rinitis puede hacernos más vulnerables a las alergias alimentarias, tal y como han señalado los expertos en la última reunión de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). Una relación entre ambos trastornos que tiene su respuesta en la acción de determinadas proteínas. Tanto los aeroalérgenos como los hábitos alimenticios explican, por ejemplo, por qué los alérgicos al polen de plátano también lo son a ciertos alimentos como las avellanas o las lechugas.
 
El 50 por ciento de los pacientes diagnosticados en nuestro país de rinitis y asma alérgica causada por el polen de plátano de sombra, también lo son a alimentos como la lechuga o a los frutos secos como las avellanas, incluso algunas frutas como el melocotón. Pero, ¿cuál es la relación entre ambos trastornos? Según el último estudio presentado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), realizado en colaboración con la Unidad de Alergia del Servicio de Neumología y Alergia Respiratoria del Hospital Clinic de Barcelona, los pacientes con asma alérgica y rinitis son más propensos a padecer alergias alimentarias debido a la acción de determinadas proteínas, las cuales serían las responsables del vínculo entre las vías respiratorias y las digestivas, provocando una reacción alérgica como consecuencia de lo que se denomina proceso de sensibilidad o reactividad cruzada. Los investigadores apuntan a que o bien los alérgenos respiratorios son los que inducen a una sensibilización primaria al ser inhaladas, apareciendo posteriormente la alergia a los alimentos con alergenos comunes o, por el contrario, son los alimentos los que inducen en primer término a la sensibilización por la vía digestiva. En cualquier caso, lo que está constatado es que padecer rinitis o asma alérgica nos hace más vulnerables a las intolerancias alimenticias.
 
La rinitis y el asma alérgica, provocadas fundamentalmente por pólenes y ácaros, se calcula que afecta a entre un 15 y un 25 por ciento de la población.
 
Tal y como señalan los especialistas, en los problemas de alergias y reacciones de intolerancia a los alimentos, influyen tanto los aeroalérgenos que se encuentran presentes en una zona geográfica, como los hábitos de alimentación. Esto explicaría, por ejemplo, que los alérgicos al abedul, en siete de cada diez casos, también presentan alergias alimentarias al apio, la zanahoria y las avellanas.
 
Otra conclusión interesante que se ha extraído de este estudio es que los vegetales han resultado ser los alérgenos alimentarios más comunes entre los pacientes de estas patologías respiratorias, provocando entre un 30 y un 60 por ciento de reacciones en los pacientes. El marisco, y sobre todo los crustáceos, es el segundo alimento en este particular ránking, siendo mayor su prevalencia entre pacientes con rinitis y entre aquellos que padecen asma alérgica producida por ácaros.

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