La artrosis es una patología de las articulaciones que, pese a su elevada prevalencia –se estima que afecta a siete millones de personas en nuestro país-, sigue siendo una gran desconocida. Descubrimos los 4 falsos mitos que rodean a una enfermedad que, de entrada, no tiene edad. Saber es prevenir, y para ello hay que conocer también los principales factores de riesgo de la artrosis.
Dolor y rigidez son dos de los síntomas más comunes de una de las enfermedades articulares crónicas más frecuentes, la artrosis, la cual puede afectar a cualquier articulación (artrosis de rodilla, cervical, de manos, de cadera…). La artrosis es el resultado del desgaste progresivo de la articulación (en concreto, del cartílago). Sin embargo, su elevada prevalencia no se ha traducido en un mejor conocimiento de los factores de riesgo, contraindicaciones y claves para su prevención. Como sucede con otras patologías, hay que desmontar los errores o falsas creencias que, además de crear confusión, afectan a su prevención y tratamiento. En el caso de la artrosis, ¿cuáles son?
- La artrosis no es una enfermedad exclusiva de la vejez, todo lo contrario, puede aparecer mucho antes. De hecho, más que el envejecimiento en sí, hay otros factores que nos hacen más vulnerables a padecer artrosis, tales como la calidad del tejido, el esfuerzo al que sometemos a las articulaciones y el tiempo que llevamos haciéndolo.
- La alimentación no influye directamente en la artrosis, aunque eso sí, es importante cuidar lo que comemos y tratar de llevar una dieta normocalórica, es decir, una dieta sana y ajustada a nuestras necesidades energéticas para evitar ganar peso. No hay que olvidar que en el exceso de peso también influye el sedentarismo.
- La temperatura y el cambio de estación no tiene por qué afectar a la artrosis. Sí puede afectar a la percepción del dolor, a causa de los cambios de la presión atmosférica.
- Contrariamente a lo que podamos pensar, sí hay tratamientos efectivos para la artrosis, tanto para aliviar los síntomas como para retardar su evolución. Una de las creencias erróneas es considerar a la artrosis una patología crónica y que evoluciona con la edad, sin que ningún tratamiento pueda evitarlo. Esto no es así, y de hecho actualmente contamos con un arsenal terapéutico.
Artrosis contraindicaciones
El exceso de reposo –incluido el llevar una vida sedentaria-, el exceso de peso y la sobrecarga de las articulaciones son tres de las contraindicaciones de la artrosis. Controlar estos tres factores no solo ayuda a prevenir la artrosis, sino a mejorar su tratamiento –revisar los hábitos de vida cotidianos- en caso de diagnóstico.
Aunque pensemos lo contrario, podemos hacer mucho por nuestras articulaciones. El primer consejo: mantener engrasadas las articulaciones, fortaleciendo las estructuras que las ayudan a funcionar. De igual manera, es importante:
- Perder peso: Si hemos ganado unos kilos de más, aumentamos la sobrecarga de las articulaciones, especialmente las de las extremidades inferiores.
- Higiene postural: Las posturas incorrectas o inadecuadas –por ejemplo, al pasar demasiadas horas delante del ordenador– afectan, y mucho, a las articulaciones.
- Evitar la sobrecarga de las articulaciones, y prestar atención a problemas de espalda como la escoliosis o de los pies (pies planos, pies cabos).
- Practicar ejercicio físico.
- Utilizar elementos de descarga si es necesario para reducir la carga sobre la articulación (bastón, corsés, plantillas…).