Antibióticos y sol: Riesgos para la salud

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Altas temperaturas, antibióticos y sol puede ser una combinación que entrañe algunos riesgos para la salud. Tan importante como seguir el tratamiento de manera adecuada (dosis, duración) es cómo guardar y conservar los medicamentos. La exposición al sol y a las altas temperaturas puede alterar su composición y provocar una reacción alérgica adversa, la cual se manifiesta en la piel. De igual manera, durante el tiempo que dure el tratamiento debemos evitar exponernos demasiado al sol. Si este verano tenemos que tomar antibióticos, no olvidemos ser prudentes para evitar efectos secundarios innecesarios.
 
Entre los posibles efectos secundarios de los antibióticos se incluye la fotosensibilidad, provocada por una exposición directa al sol. Efecto que hay que prevenir especialmente durante los meses de verano, cuando el termómetro sube y nuestra piel está mucho más expuesta a la acción del sol. Algunos principios activos reaccionan con la luz solar, pudiendo provocar una reacción alérgica que, aunque generalmente, es leve, también puede ser severa. Los antibióticos con los que hay que tener especial cuidado son las sulfamidas, las quinolinas y ciclinas, cuyas moléculas pueden provocar reacciones de fotosensibilidad o fotoalérgicas.
 

Antibióticos y sol: posibles reacciones

La exposición a la luz solar directa no solo puede alterar la composición de los medicamentos, sino provocar síntomas de irritación de la piel. Es lo que se conoce como un aumento de la fotosensibilidad de nuestra piel. Por su parte, cuando el fármaco provoca una reacción del sistema inmune, dando lugar a urticaria, se denomina fotoalergia. Puede afectar a diferentes zonas de la piel, sobre todo en aquellas que también están más expuestas a la luz solar (caras, manos, cuello). Los médicos recomiendo no exponerse demasiado al sol. Las reacciones más comunes son de tipo alérgico, pero la combinación de antibióticos y sol también puede provocar picazón, náuseas, diarreas o dolor de cabeza.
 

Antibióticos y sol: prevención

A veces nos olvidamos de los efectos que los rayos del sol pueden provocar en los antibióticos. Es uno de los motivos por los que conviene leer siempre el prospecto de los medicamentos, además de evitar automedicarse y evitar trastocar las indicaciones del médico a la hora de tomarlos (dosis, duración). Las reacciones alérgicas provocadas por los medicamentos expuestos al sol o a las altas temperaturas suelen desaparecer al dejar de tomarlos. Sin embargo, para evitar cualquier problema, y anular los efectos del tratamiento, lo mejor es prevenir, tanto guardando los medicamentos en un lugar adecuado como evitando la exposición de nuestra piel al sol durante el tiempo que dure el tratamiento. En caso de que la exposición sea inevitable (por ejemplo, por cuestiones de trabajo), debemos preguntar al médico sobre las posibles reacciones de fotosensibilidad o fotoalergia.
 
Otros fármacos que también pueden incrementar la fotosensibilidad son los tranquilizantes, los diuréticos y los antiinflamatorios no esteroides.
 
Por último, recordar que los antibióticos no valen para todo, aunque sean de los medicamentos más consumidos. Antes de administrar este tipo de fármacos hay que consultar siempre al médico, ya que no podemos olvidar que todos los medicamentos tienen efectos secundarios, es decir, no reaccionan igual en todos los organismos.

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