La anorexia es uno de los trastornos alimentarios más frecuentes y con una mayor prevalencia entre las mujeres, en particular entre las más jóvenes. Y es que, según datos médicos, la anorexia es un trastorno que generalmente comienza a manifestarse entre los 13 y los 16 años. Un trastorno en la conducta alimentaria que puede poner en serio riesgo la salud y que, a diferencia de la bulimia, se exterioriza, es decir, el deterioro de la imagen y del cuerpo es evidente. Pero, ¿cuáles son las señales inequívocas de un comportamiento anoréxico?
La anorexia conlleva una serie de síntomas físicos, pero también se caracteriza por una serie de comportamientos característicos. La obsesión, incluso temor, por no engordar pueden desencadenarse tras someterse a reiteradas dietas para adelgazar, y en la medida que no se logra, perder peso se convierte en el único objetivo. Pero también puede aparecer después de un episodio traumático o una pérdida afectiva, a lo que hay que sumar una personalidad más bien perfeccionista y tendente a las fobias.
Anorexia restrictiva y compulsiva
La anorexia puede ser de dos tipos: restrictiva y compulsiva. En la primera, el paciente no recurre de manera regular a conductas purgativas (vómito, uso de laxantes), sino que opta por perder de peso recurriendo a las dietas, ayunos y al ejercicio físico intenso. Por su parte, en la anorexia compulsiva, el paciente recurre a los laxantes y diuréticos, además de provocarse el vómito, después de cada comida. El primer paso para someterse a un tratamiento es que la persona reconozca que tiene un problema de salud. Sin su implicación, tratar la anorexia no será nada fácil, con graves consecuencias para su organismo y su mente
Síntomas de comportamiento
La anorexia, aunque comparte síntomas con la bulimia, se caracteriza no solo por la obsesión por la delgadez, sino por el rechazo a mantener un peso corporal adecuado a la edad y la talla. De hecho, la obsesión por no engordar llega a alterar la percepción de la forma y el tamaño del cuerpo. Pero no es el único síntoma de comportamiento propio de la anorexia.
La preocupación constante por las calorías ingeridas lleva a restringir de manera voluntaria el consumo de cada vez un número mayor de alimentos, incluso llegando a reducir la ingesta de líquidos.
Las personas con anorexia, y unido a los cambios de humor y mayor irritabilidad, tienden a desarrollar un tendencia al aislamiento social, evitando comer en público o en compañía de otras personas.
La preocupación constante por la imagen, y con la única finalidad de perder peso, lleva a las personas con anorexia a realizar ejercicio de manera compulsiva, incluso llegando a la extenuación.
Los desajustes en la alimentación, y los cambios físicos propios de este trastorno, repercuten en el sueño, tanto en su calidad como en su cantidad. El insomnio puede ser un trastorno asociado a la anorexia.
La obsesión por no subir un gramo de grasa puede ser tal que llegan a pesarse después de cada comida.
Laxantes y otros diuréticos para favorecer una mayor pérdida de peso (y de líquidos). Si bien, abusar de su consumo puede pasar factura a la salud. De hecho, puede aumentar el riesgo de estreñimiento y dolor abdominal. En ocasiones, las denominadas anorexias purgativas (vómitos y uso de laxantes) se altera con periodos de ayuno para perder más peso.
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