Anorexia nerviosa: Tratamiento nutricional adecuado. Detener la pérdida de peso, la consecuencia más grave de este trastorno de alimentación, será el primer paso del tratamiento nutricional, el cual debe ir parejo con el tratamiento psicológico para recuperar la autoestima y perder el miedo a engordar. Es importante establecer unas pautas de alimentación para retomar los hábitos de una dieta sana y equilibrada olvidándose de la necesidad compulsiva de dañar nuestro cuerpo.
La anorexia nerviosa es, junto a la bulimia, uno de los trastornos de alimentación más frecuentes, sobre todo entre mujeres y adolescentes. Una enfermedad que no solo afecta a la mente, sino que también puede conllevar serios riesgos para la salud física de la persona. El tratamiento nutricional de este trastorno debe aunar la recuperación de peso, la adaptación y recuperación de unos hábitos y patrones de alimentación sanos y equilibrados y la recuperación de la autoestima. Es decir, debe ser un tratamiento combinado con la ayuda tanto de un médico especializado en nutrición y de un psicólogo o psiquiatra para eliminar el miedo a engordar. Un tratamiento nutricional adaptando la dieta a edad, peso y estadio de la enfermedad, además de evitar la práctica excesiva de ejercicio físico.
Para elaborar una pauta nutricional, además de los resultados de los análisis de sangre, también es importante detectar las carencias de alimentos, marcar la frecuencia y el tipo e comidas, saber qué alimentos rechaza y cuáles son los preferidos para su inclusión en la dieta que debe ayudar, en primer lugar a evitar la desnutrición y, poco a poco, a ir ganando peso. El tratamiento debe comenzarse con la ingesta de alimentos bajos en calorías, para evitar que la persona anoréxica los rechace. Es importante no obsesionarse con la idea de ganar peso en poco tiempo, ya que esto podría conllevar algún tipo de complicación.
Lo más importante es detener la pérdida continuada de peso, principal síntoma de un trastorno que se traduce en una obsesión compulsiva por la comida y la alimentación. Lo recomendable es que, una vez superada la fase inicial, se fije entre medio y un kilo el peso que habrá que ir ganando cada semana. En ocasiones la dieta se puede acompañar, si el cuerpo lo necesita, algún suplemento de hierro, calcio, potasio o vitaminas.
No solo qué comemos, sino cómo comemos es importante. Por eso, en el tratamiento nutricional de la anorexia nerviosa es importante seguir una serie de pautas y consejos:
- Establecer un horario de comidas.
- Establecer la frecuencia de comidas (es mejor realizar 5-6 pequeñas comidas al día).
- Procurar hacer las comidas en familia o en compañía.
- Comer sentado en la mesa.
- Crear un ambiente tranquilo y relajado para comer.
- Procurar no repetir los menús y realizar una presentación atractiva de los platos.
En el 25% de los casos la anorexia se convierte en crónica. Por eso es tan importante la detección precoz. A diferencia de la bulimia, los cambios físicos de la persona son muy evidentes, pero conviene estar alerta a cualquier síntoma de comportamiento compulsivo o excéntrico con la comida que indiquen un trastorno de la alimentación.
