El metabolismo de las purinas produce ácido úrico, las cuales proceden en su mayoría de los alimentos, aunque el organismo también las genera. Los niveles de ácido úrico que se consideran normales se sitúan en los 7 mg/dl en hombres y 6 mg/dl en las mujeres. Niveles que, al igual que con el colesterol o los triglicéridos, conviene vigilar, ya que cuando se mantienen altos en el tiempo pueden provocar hiperuricemia, uno de los factores de riesgo de los trastornos cardiovasculares.
¿Qué podemos hacer? La prevención está en nuestras manos. La alimentación juega un papel fundamental a la hora de controlar los niveles de ácido úrico, controlando la ingesta de determinados alimentos que, por su composición, favorecen la producción de ácido úrico. De igual manera, y entre los consejos claves a la hora de revisar la dieta, hay que moderar el consumo de sal, incrementar la presencia de verduras en la dieta y beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
Qué comer
Hay alimentos que nos ayudan a controlar el ácido úrico, como los lácteos desnatados, las frutas y verduras ricas en vitamina C y, entre ellas, las cerezas, el limón, la alcachofa o el apio. También es un buen aliado la cafeína, tomada con moderación. Puedes tomar hasta dos tazas de café al día para ayudar a reducir los niveles de ácido úrico. Es importante llevar una dieta sana, variada y ligera que nos ayude a cuidar el peso, ya que el sobrepeso es una de las principales causas de aumento del ácido úrico.
Qué no comer
En primer lugar, evita las grasas saturadas, las harinas refinadas y los azúcares. Hay alimentos que son especialmente ricos en purinas, por lo que es mejor restringir su presencia en la dieta. Alimentos como las carnes rojas, embutidos, vísceras (riñones, hígado…), el pescado azul y los mariscos.
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