La endometriosis es una enfermedad que sufren millones de mujeres en todo el mundo. Aún no se ha conseguido establecer una cura, tampoco se tiene muy claro por qué hay mujeres que la padecen y otras no. El tratamiento se enfoca en mitigar los síntomas, es decir, analgésicos y antiinflamatorios que afectan el sistema digestivo de las mujeres que los toman. Por eso, cada vez más se está tornando a recomendar a las mujeres con endometriosis a tener una alimentación saludable enfocada a mitigar el proceso inflamatorio que produce dolor, así como mejorar otros síntomas de la enfermedad, como problemas de la piel o tendencia a generar cándida.
La coucher de salud integral Aubree Deimer, autora del blog Peace with Endo, la cual también convive con la enfermedad de la endometriosis, explica que la alimentación puede hacer la diferencia en la calidad de vida de una mujer con endometriosis. Debido a su enfermedad, decidió someterse a un estricto régimen suprimiendo alimentos que provocan inflamación en el cuerpo y apostando por los alimentos orgánicos, libres de componentes químicos y tóxicos que hacen especial daño a las mujeres con endometriosis por su delicado estado de salud.
Asegura que su estado de salud físico y emocional ha mejorado mucho desde que mantiene este estricto régimen alimenticio, muy parecido, por cierto a la dieta detox. Asegura que los dolores han disminuido, además ya no tiene dolores de cabeza y articulares. Sus problemas gastrointestinales han mejorado notablemente y su estado anímico cada día es mejor, ya que tiene más energía. Hay que tener en cuenta, que uno de los síntomas de la enfermedad es la depresión o bajo ánimo, debido al constante dolor que han de soportar las mujeres con endometriosis, sobre todo en casos avanzados.
Aubree Deimer recomienda eliminar de la dieta algunos alimentos conocidos porque producen procesos inflamatorios. Si no se pueden eliminar totalmente, al menos se deben reducir lo más posible, para favorecer el buen funcionamiento del cuerpo de las mujeres con endometriosis.
1. Fuera el gluten
Lo ideal es eliminar completamente todo el gluten, ya que esta proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno, provoca una respuesta al sistema inmune que termina dañando el intestino delgado, causando malestar intestinal y deficiencias nutricionales, muy comunes en las mujeres con endometriosis. Aún no hay respuesta científica, pero lo cierto es que las mujeres que sufren endometriosis tienden a desarrollar alergias alimenticias, entre ellas la intolerancia al gluten. Los síntomas que provoca la alergia al gluten son hinchazón, diarreas constantes, dolores de cabeza y fatiga crónica.
Por tanto, la respuesta inflamatoria que causa el gluten en gran parte del cuerpo, como el cerebro, corazón, articulaciones o tracto digestivo, está relacionada con los calambres y dolores de la endometriosis.
2. Evita productos lácteos
El consumo de productos lácteos también puede generar inflamación, principalmente en el intestino, una de las zonas más afectadas por los síntomas de la endometriosis, generando dolor abdominal, flatulencia, heces acuosas y estreñimiento crónico. Sumada esta respuesta inflamatoria al dolor de la endometriosis, se aumentan considerablemente los niveles de dolor.
Para digerir la lactosa, el cuerpo humano necesita una enzima llamada lactasa que sólo es producida naturalmente durante la infancia y en la última etapa de la vida. Por eso, la leche de vaca, que contiene lactosa, no es digerible por la mayoría de los adultos, causando una respuesta del sistema inmune hiperactivo, generando que el cuerpo ataque a sus propias células.
Además, la mayoría de los lácteos que no son orgánicos contienen hormonas, antibióticos, persticidas, herbicidas y dioxidas, sustancias que afectan a la fertilidad y producen un crecimiento más rápido de la endometriosis. La endometriosis puede afectar significativamente a la fertilidad de las mujeres que lo padecen, por ello el consumo de lácteos es contraindicado si están buscando quedarse embarazadas. También, los lácteos producen exceso de mucosas en el sistema reproductivo, lo que hace que el acceso de los espermatozoides al útero sea más difícil.
3. Cero azúcar
El azúcar es uno de los alimentos que provocan más respuesta inflamatoria del cuerpo. Suprime el sistema inmunológico, altera las relaciones de minerales en el cuerpo y causa daño a las células y los tejidos. Consumir exceso de azúcar (sobre todo procesada) reduce la capacidad del cuerpo para defenderse de infecciones bacterianas. Además, alimenta otras bacterias perjudiciales para el cuerpo, como la cándida, enfermedad relacionada con la endometriosis.
También favorece los problemas de la piel como eczemas y acné, afecciones que las mujeres con endometriosis padecen, e interfiere con la capacidad del cuerpo de absorber calcio y magnesio, dos minerales que ayudan a reducir los calambres provocados por la endometriosis.
En definitiva, Aubree Deimer aconseja reducir drásticamente el consumo de azúcar, y obtenerla únicamente de las verduras y frutas que contienen azúcares de manera natural y más saludable. Además, afirma la coach, reducir el consumo de azúcar favorece a bajar los niveles de ansiedad e irritabilidad que la enfermedad provoca.
4. Nada de alcohol
El alcohol también está en la lista de alimentos y bebidas que causan inflamación en el cuerpo, ya que deshidrata las células, obligando al hígado a trabajar más para filtrar su efecto tóxico. Esto repercute directamente en la inflamación del cuerpo, lo que empeora los dolores de la endometriosis. Además, al deteriorar el funcionamiento del hígado, este deja de eliminar toxinas y el exceso de estrógenos, perjudiciales para las mujeres con endometriosis.
Además, el alcohol aumenta los niveles de estrógenos, algo perjudicial para la enfermedad. Y también alimenta a la cándida, lo que genera más dolor y problemas digestivos.
5. Las grasas malas a la basura
Más que consumir comida basura, es mejor que tires todos estos alimentos al vertedero. Las comidas procesadas, que incluyen grasas trans parcialemente hidrogenadas, bloquean las prostaglandinas antiinflamatorias y la conversión del colesterol en el hígado, generando un aumento de colesterol en la sangre. Estas fatídicas consecuencias para el organismo, desequilibran el sistema inmune y perturban los procesos digestivos, empeorando considerablemente la enfermedad.
También se consideran grasas malas algunos aceites de consumo habitual, como el aceite de maíz, el de canola, girasol, cártamo, maní y los aceites de borraja. Este tipo de grasas estimulan hormonas como la postaglandina, prostaciclina y resolvina, causando inflamación corporal.
Según Aubree Deimer, además de contribuir a un aumento de dolor de la endometriosis, las grasas malas pueden causar artritis, inflamación articular, fibromialgia, eczemas, resequedad en la piel, disminución de la capacidad del sistema inmunitario, dolores de cabeza, problemas en el corazón, aumentar el síndrome premenstrual y daño neurológico.
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