Cómo saber si se padece intolerancia a la fructosa: síntomas para detectar este trastorno que en muchos casos puede ser hereditario. La ausencia de la proteína necesaria para descomponer y digerir esta sustancia natural endulzante que se encuentra en las frutas y en la miel es lo que provoca este problema que puede presentarse de forma más o menos intensa por lo que en algunos casos es difícil de diagnosticar. Una vez detectada esta enfermedad se debe llevar a cabo una dieta en la que se eviten las frutas y los productos alimenticios elaborados con fructosa.
Si tras ingerir frutas, zumos de frutas o cualquier otro tipo de alimento que contenga fructosa, padecemos alguno de estos síntomas: dolor de estómago, gases, vómitos, diarrea crónica o retortijones puede deberse a que se padece este trastorno en el que el intestino tiene problemas para asimilar y digerir la fructosa.
Si se observa que tras ingerir frutas, zumos o postres que pueden estar elaborados con fructosa se padece sobre todo una diarrea durante bastantes días es conveniente acudir al médico para que emita un diagnóstico sobre cuál puede ser el problema.
El test de hidrógeno espirado es la prueba principal a través de la cual se puede detectar si se padece intolerancia a la fructosa u otro tipo de trastornos alimenticios como puede ser la intolerancia a la leche para la cual se aconseja llevar a cabo una dieta sin lactosa. Este tipo de prueba consiste en un análisis del aire expirado tras ingerir entre 20 o 50 gramos de fructosa. Una prueba que se repite unas cuantas veces en un transcurso de tres horas desde la absorción de la fructosa y que es altamente eficaz para comprobar si se sufre este problema.
Una vez detectada la intolerancia a la fructosa es recomendable llevar a cabo una dieta en la que se excluyan las frutas o los alimentos que tienen fructosa como puede ser el chocolate, el turrón, los zumos… para evitar los síntomas.