Hay muchos tipos de relaciones tóxicas, pero las dos más comunes son las relaciones de dominación y las de sumisión. Este tipo de relaciones se fundamentan sobre uno de los miembros de la pareja y se caracterizan por la pérdida total de equilibrio. A continuación, te descubrimos cómo son exactamente este tipo de relaciones y qué peligros puede conllevar mantener una de ellas.
¿Qué es exactamente una relación de sumisión?
Las relaciones de sumisión son aquellas en las que uno de los miembros debe obedecer absolutamente todas las órdenes del otro, dejando de lado su propia voluntad y sobre todo su independencia.
Generalmente, las mujeres han sido más proclives a aceptar este tipo de relaciones a lo largo de la historia, pero hoy en día el número de hombres que tienen relaciones de este tipo están muy igualadas y ya no existen distinciones de género en este tipo de situaciones.
Los peligros que implican este tipo de relaciones son muchos, nunca se puede saber dónde poner el límite o cuáles serán los próximos pasos, las personas sumisas llegan a extremos de no poder salir solas a la calle o incluso a abandonar todo contacto social o lazo con familiares.
Si se tiene una relación de sumisión, lo primero que se tiene que hacer es plantear hasta qué punto corre peligro nuestra integridad física o psicológica, muchas veces las secuelas de haber atravesado por este tipo de relaciones, son insalvables.
Si crees que puedes estar teniendo una relación de sumisión por gestos como no poder elegir aspectos de tu vida fundamentales, no lo dudes y plantéate terminar con ella, el amor no puede basarse en la obediencia.
¿Qué es exactamente una relación de sumisión?
Las relaciones de dominación son aquellas en las que uno de los miembros de la pareja encuentra placer en someter al otro. Este tipo de relaciones, también son muy peligrosas porque la dominación puede llegar a crear dependencia.
El rol de dominación suele darse en personas narcisistas o personas que tienen muchas carencias afectivas y es un papel, que cuanto más se alimenta más crece. Es decir, que para una persona dominante el ceder en alguna exigencia no es más que la invitación a seguir con el juego.
Si se tiene este tipo de relación, lo más importante es darse cuenta de lo que estamos haciendo con la otra persona, ya que la mayoría de las ocasiones el dominante ni si quiera es consciente del daño que está haciendo pudiendo llegar a humillar y denigrar a la otra persona destruyendo su autoestima y relegándolo como persona.
Si en algún momento, tu pareja te advierte de que estás teniendo este tipo de relación con él o ella, no lo dudes más y busca apoyo psicológico porque es algo que se puede solucionar con fuerza de voluntad, pero sin embargo es muy injusto mantener ese tipo de comportamiento con las personas que amas.
Roles de sumisión y dominación
Cumplir alguno de estos roles en pareja es algo muy negativo y que debe de solucionarse. Las relaciones tóxicas son algo que no aporta felicidad.
Debes quererte a ti misma y no dejar que te humillen o por el contrario respetar los sentimientos de los demás.
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