Seguro que te ha ocurrido más de una vez (o que es lo que te pasa siempre), discutes con tu pareja y él se encierra en sí mismo y deja de hablar. Se limita a escuchar lo que le estás diciendo pero no interviene. Los hombres y las mujeres tenemos diferentes formas de enfrentarnos a los problemas y eso se refleja en nuestra forma de comunicarnos. ¿Quieres saber el por qué? Te lo contamos.
Los hombres se vuelven silenciososEstá en su naturaleza, su ego se basa en demostrar que son competentes y capaces, por eso, cuando surge un problema se empeñan en buscarle solución a toda cosa. El resto de aspectos deja de tener importancia y pasan a un segundo plano. Su objetivo es resolver ese problema prioritario que les está molestando y para ello, no dudan en encerrarse en sí mismos.
Por eso se callan durante una discusión. Si no pueden solucionar el conflicto o no está en su mano hacerlo no se entretienen en otras cosas, como darte consuelo. Cortan la comunicación y se ponen a darle vueltas a lo sucedido hasta que se les ocurre la forma de que el problema se acabe.
Las mujeres hablan sin pararEn cambio, ellas buscan desahogarse verbalizando sus problemas. Y no se centran en el principal, enseguida se acordarán de otras cosas, a las que hasta ahora no les habían dado demasiada importancia. Acompañan ese problema principal de otros muchos problemas satélite que no hacen otra cosa que aumentar su desdicha.
Las mujeres sienten como el peso de los problemas disminuye conforme hablan más de ellos. No buscan una solución, solo que su interlocutor (en este caso un hombre) comprenda lo que les sucede.
Una visión incompatibleCuando un hombre y una mujer discuten (ya sean o no pareja, pero sobre todo si lo son) cada uno busca una cosa diferente. Ellas solo quieren visibilizar el problema, que el hombre se dé cuenta de su existencia y que las consuele. Ellos necesitan encontrarle una solución lo más inmediata posible al problema, de lo contrario se frustran y dejan de comunicarse.
En el momento en el que él deje de hablar debes darle espacio. Deja que reflexione tranquilo porque cuanto más le presiones para que hable, más frustrado se sentirá y más tiempo tardará en volver a decirte algo.
Aunque las mujeres somos emocionales por naturaleza y poco podemos hacer para cambiar ese aspecto, debemos ser conscientes de que cuál será la reacción de nuestra pareja ante un conflicto. La mejor opción será tratar de ayudarles a buscar soluciones desde el principio para evitar que se frustren y dejen de hablar.
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