Cada vez estamos más convencidas de que la soltería no sólo es una moda pasajera de las millennials, sino que es una forma de vida y una manera de ser feliz. Si no nos crees, la ciencia lo corrobora. Un estudio realizado por la agencia de investigación de mercado Mintel asegura que las mujeres solteras son más felices.
El estudio rompe las barreras de los estereotipos. Mientras que ¡todavía! la televisión y los medios de comunicación nos muestran a mujeres anhelando una pareja (generalmente masculina) como único objetivo en su vida, resulta que el 61% de las mujeres solteras encuestadas estaban la mar de contentas con su estado civil, mientras que en el caso de los hombres, el porcentaje fue un poco menor, tan sólo el 49% de los hombres solteros se mostraron felices con su situación.
Y prueba de lo felices que son las mujeres solteras es que el 75% de ellas no han buscado activamente una relación en el último año (comparado con el 65% de los hombres). Es decir, que la mayoría de las mujeres solteras no sólo son felices siendo singles, sino que no tienen mucha intención de encontrar pareja.
Lo más sorprendente es que la tendencia single es mucho más fuerte entre las mujeres mayores de 45. En fin, que las moda single no es tan millennial como pensamos. De hecho, el 32% de las mujeres entre 45 y 65 años que son solteras, se sienten super satisfechas y felices con su soltería, mientras que en el caso de los hombres ¡sólo el 19%!.
Tener una relación es un trabajo agotador
Aunque no lo creas, hay una explicación a todo esto: la sociedad de géneros. Según confirmó al periódico The Telegraph la profesora Emily Grundy, de la Universidad de Essex, las mujeres trabajan mucho más que los hombres en una relación. No sólo a nivel de trabajo doméstico (que todavía cargan con la mayor parte), sino a nivel emocional.
«Las mujeres tienden a ser mejores teniendo redes sociales alternativas y otros confidentes, mientras que los hombres tienden a depender mucho de sus esposas para eso y tienen menos otros vínculos sociales«, explicó la profesora al diario.
Es decir, que la capacidad social de las mujeres (que aprenden a expresar sus sentimientos desde muy pequeñas) acaba suponiendo un trabajo extra cognitivo para ellas en una relación, debido a la incapacidad de los hombres de expresar sus sentimientos socialmente, por lo que se convierten en codependientes emocionales de sus parejas mujeres… ¿Te suena de algo?
Sin duda, una cuestión de género que deberíamos plantearnos comenzar a solucionar, desde cómo enseñamos a socializar a las niñas y los niños, hasta cómo distribuimos los roles emocionales con nuestras parejas. Y es que, independientemente de si somos solteras, casadas, en una relación abierta, en una relación poliamorosa o como deseemos experimentar nuestra vida amorosa, lo cierto es que sea cual sea nuestro «estado civil» deberíamos poder ser felices con ello y no considerar que una relación es una carga o un trabajo agotador. ¡Aún queda mucho por hacer!
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