Impotencia masculina: Un problema que afecta también a las mujeres. Existen en España unos 2 millones de parejas que sufren disfunción eréctil. Hablamos de parejas, porque éste no es exclusivamente un problema de hombres, sino que la mujer también juega un papel importante en esta situación. Normalmente, las mujeres se sienten culpables cuando su pareja tiene un fallo de erección: “No soy lo suficientemente atractiva”,” ya no le gusto”, o frases así son las que se suelen pasar por la cabeza. Pero no es cierto. Este tipo de problemas se pueden presentar por diversas causas ajenas a todos estos temores, y hay que saber reaccionar.
La impotencia masculina puede ser causa de muchos factores, tanto psicológicos como físicos. El estrés suele ser una de las principales causas de este problema, ya que produce adrenalina, una hormona que hace que fluya más sangre al cerebro y a los músculos, que al aparato reproductor masculino. Por lo que si aparece un caso aislado de disfunción eréctil no hay por qué alarmarse, simplemente puede ser por causa de algún problema en el trabajo, por ejemplo.
También hay que tener en cuenta que con el paso del tiempo, la frecuencia y rigidez de las erecciones disminuye, y es algo completamente normal. En cambio, si se convierte en algo frecuente, es necesario acudir a un especialista.
Lo primero que debemos hacer ante un caso de este tipo es tratarlo con delicadeza, no debemos tirar la toalla y simular que el problema no existe o al contrario, agobiarle con un exceso de provocación. Lo más recomendable es hablar del problema con calma fuera del dormitorio y asumirlo con total naturalidad.
Existen muchos tratamientos tanto físicos como psicológicos para la impotencia, y hoy en día prácticamente todos los casos tienen solución, pero la mujer tiene un papel muy importante en el proceso: Es imprescindible tratarle con cariño para evitar que se sienta rechazado, hacerle sentir deseable, ser su pareja y a la vez su amiga.