Si estás preocupada por la falta de libido y no consigues saber cuáles son sus causas, te diremos qué lo provoca. No te pienses que este problema está siempre ligado a las relaciones íntimas. En muchas ocasiones factores como el estrés o el cansancio extremo son los determinantes.
El hecho de desear al otro nos hace sentirnos bien, con energía. Sin embargo, cuando pasamos por una época donde nuestras relaciones se fundamentan en la falta de libido ocurre lo contrario: nos agobiamos, nos sentimos mal con nosotras mismas, no encontramos una explicación lógica…
Sin embargo, la falta de libido, aunque no lo creas, tiene muchas explicaciones diferentes:
- Muchas veces confundimos el enamoramiento y la pasión incontrolable de ese período de tiempo con la falta de libido. Esto no es así, cuando nos enamoramos, las hormonas se revolucionan, pero poco a poco todo se va tranquilizando. Y esto no quiere decir que ya no te atraiga tu pareja.
- A veces no es falta de libido sino que eres menos ardiente que tu pareja. Tendemos a equivocarlo. Cada persona tiene unas necesidades diferentes, no lo olvides.
- Los períodos de estrés y nerviosismo hacen que no nos podamos concentrar en las relaciones con nuestra pareja. Tómate tu tiempo para tranquilizarte, verás como las cosas vuelven a su sitio.
- Problemas con la pareja: Si no hacéis más que discutir, y el amor pasa a un segundo plano, estos problemas también se reflejan en vuestra vida íntima. Es importante que tratéis primero de solucionar los problemas de convivencia.
- Depresión o estado de ánimo bajo: Los sentimientos y la tristeza nos influyen mucho en el ámbito íntimo. No te preocupes, en cuanto recuperes la alegría, recuperarás la libido.
- Rutina: A veces la rutina de pareja y sus relaciones acaba matando la libido. Por eso es bueno innovar y probar sitios nuevos, llevar a cabo fantasías …
Pero si después de intentar hacer cambios en la rutina, evitar el estrés o dialogar con tu pareja las cosas no mejoran, puedes probar a hablar con un psicólogo. Es uno de los problemas que tratan a menudo, ya que es frecuente en más parejas de las que te puedas imaginar.