Los desacuerdos de pareja son algo prácticamente inevitable, pero cuando éstos se convierten en discusiones sin control es importante aprender a controlar cómo reaccionamos para que no deterioren la relación. Algunas personas son capaces de exponer sus conflictos de pareja de manera racional y calmada, pero hay otras que se dejan llevar por la ira, hiriendo gravemente a su pareja y destruyendo su propia paz interior. Si sufres de problemas de ira en las discusiones con tu pareja, atenta, porque te damos los mejores consejos para controlar la ira cuando estás molesta con tu pareja.
Si sufres episodios de ira con tu pareja, probablemente no sea el único ámbito en el que te sientas en total descontrol. Si en el trabajo, con tus hijos o con amigos o familiares te has encontrado en situaciones similares en más de una ocasión, es posible que tengas un problema de control de ira. Algo que tiene solución, pero poniendo un poco de voluntad por tu parte.
El primer paso para controlar tu ira es darte cuenta de dónde viene. Generalmente pequeñas cosas pueden desatarla, pero hay un cierto transfondo detrás. Una buena manera de hacerlo es llevar un diario con los registros de cada una de las situaciones en las que has sentido o expresado ira e ir releyéndolas para intentar comprender aquellas en las que hay puntos en común que te hacen reaccionar de esa manera descontrolada.
De todas formas, si crees que no puedes hacerlo por tí misma, no tiene nada de malo acudir a un profesional en psicología para que te ayude a dar los pasos correctos para aprender a controlar tu ira.
Las personas que reaccionan con ira ante las discusiones de pareja suelen ser personas controladoras que se frustran en exceso cuando algo no sale como ellas quieren o se sienten desconsoladas cuando la otra persona no reacciona como ella desea. Al expresar su ira suelen exigir y demandar al otro diferentes aspectos sin tener en cuenta sus necesidades.
Es importante que detectes si tu ira proviene de un exceso de control sobre tu pareja y vuestra vida en común. Deja a un lado esos sentimientos e intenta ser más asertiva con ella, escuchando sus opiniones y necesidades, además de actuar en función de vuestras aspiraciones en común. No se trata de que cedas en todo, sino de llegar a acuerdos en los que ambos estéis satisfechos. A su vez, en vez de exigir, expresa tus deseos de forma calmada, entendiendo que la otra persona tiene libre albedrío para comprenderlos, decidir actuar en consecuencia o estar en desacuerdo con ellos.
Cuando en una discusión de pareja la ira empieza a florecer, los pensamientos negativos la acompañan acrecentándose con el paso de los minutos. Es importante que aprendas a acabar con ellos en el momento en que empiezan a surgir. La mejor forma es transformándolos en pensamientos más racionales. Cambia pensamientos típicos de la ira como «es el fin, todo se va a acabar…» por «es normal que me frustre por esta situación, pero no es el fin del mundo y enfadándome no se va a solucionar nada».
Es uno de los errores más habituales en las discusiones de pareja y son dos de las expresiones que más daño hacen a una relación. Cuando tu pareja dice «es que tú siempre…» supone un impacto directo sobre tus emociones y autoestima. Ese tipo de expresiones distancian a las parejas, porque la persona que las recibe se siente humillada al escucharla. Dan a entender que el enfado con la otra persona está justificado y que no hay forma de solucionarlo, por lo que ponen una barrera insalvable en la relación.
Las personas con ira suelen utilizar mucho estas expresiones, porque en el momento del descontrol mantienen sentimientos exagerados que nublan su capacidad de razonar objetivamente la situación. Cuando discrepes con tu pareja sobre algún tema, házselo ver de manera tranquila y puntual, sin referirte a otras situaciones como si «siempre» o «nunca» hicieran eso que te molesta. Incluso aunque haya sido un comportamiento repetido, es importante que no hieras a tu pareja con este tipo de comentarios, pues el respeto debe estar por encima de todo.
Además, si no puedes evitar sentir ese «siempre» o «nunca» y es algo demasiado doloroso para tí, recuerda que eres una persona adulta y siempre puedes decidir terminar una relación. Es mucho mejor esto que mantener continuas discusiones con ira incontrolada que afectan tu estado de salud emocional y física.
El mundo no está en contra tuya, así que no hay razón para que te enfades en exceso por ninguna situación. Cambia este tipo de sentimientos por una perspectiva más equilibrada, donde entiendes que estás experimentando un mal momento de la vida cotidiana con tu pareja, nada más.
Además de estos consejos, es importante que te aceptes a tí misma y también te des el derecho de enfadarte en una situación que te parece injusta con tu pareja. Sin embargo, hacerlo no significa que tengáis que mantener una discusión acalorada, puedes expresarle tu enfado de manera sosegada y calmada, pues lo importante no es el enojo en sí mismo, sino llegar a una solución común.
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