Muchas parejas no saben qué opción es la mejor. ¿Casarse o ser pareja de hecho? La respuesta a la gran pregunta.
Las relaciones de pareja tienen muchas maneras de consolidarse como potenciales opciones de futuro. La primera y la más obvia tiene que ver con el matrimonio. De hecho, casarse ha sido no solo un tópico, sino una costumbre obvia y natural hasta el punto de ser la manera de conseguir formar parte de un proyecto de vida único y especial que pueda provocar el crecimiento desmesurado de algunos de los modelos de vida que se requieren para obtener la felicidad.
Sin embargo, la realidad es que el matrimonio no es la única opción que se puede manejar para vivir en un futuro con tu pareja. Hacerse pareja de hecho es otra de las múltiples opciones que se están manejando por encima de todo. En este post vamos a diferenciarlas y a mostrar cuál es la mejor opción para consolidar una relación con tu pareja.
Casarse o ser pareja de hecho
Lo primero que hay que tener en cuenta es que en ambos casos hay algunos aspectos reconocidos por los estatutos de los trabajadores como el convenio de 15 días naturales retribuidos o cinco días por accidentes o intervenciones de tu pareja. También dos días por parientes fallecimiento de personas de segundo grado de afinidad o ausentarse por causa mayor y derechos en materia de conciliación.
Para la declaración de la renta, casarse da lugar a una unidad familiar común, por lo que se podrá realizar de manera conjunta. Algo que, sin embargo, no se puede permitir siendo pareja de hecho. Lo mismo ocurre a la hora de obtener la nacionalidad española, no pudiéndose lograr de ninguna manera, pero estando de forma beneficiosa en un potencial matrimonio.
En términos de herencia, cabe destacar también que una persona que contraiga matrimonio tiene derechos hasta el punto de ser el sucesor directo de la pareja. En las parejas de hecho no es así, por lo que es otra desventaja. Y lo mismo ocurre también con la pensión de viudedad, necesitando más recursos para poder justificarlo y tener beneficios al respecto.
Otra diferencia importante tiene que ver con la disolución y el proceso administrativo llevado a cabo para que se disuelva el matrimonio y la pareja de hecho. También para constituirse. En ambos casos hay que ir al registro, aunque en el caso del matrimonio se necesita un abogado o un notario que lo constate.