Cada vez son más las parejas multiculturales que se forman en nuestro país. Estas historias de amor, lejos de ser idílicas, entrañan una serie de dificultades que pueden poner las cosas muy complicadas para ambos. Prejuicios, discriminación, costumbres diferentes… te contamos cómo hacerles frente para que no se interpongan entre vosotros.
Abre tu menteEs lo primero que tendrás que hacer cuando empieces a compartir tu vida con una persona de otra nacionalidad, cultura, religión… las cosas que para ti están claras y son sencillas, puede que el otro no las entienda. Debes tener en cuenta que para vosotros el tiempo, el significado de los gestos, las expresiones y un sinfín de detalles tendrán un significado diferente. Por eso, debéis tener la mente abierta, ser comprensivos y armaros de paciencia.
Cambio de residenciaPuede que os hayais conocido en tu país, en el suyo o en uno intermedio. Pero debes saber que llegado el momento, sobre todo si habéis empezado a mantener la relación a distancia, alguno de los dos tendrá que mudarse. Puedes ser él o puedes ser tú. Reflexiona sobre si estarías dispuesta a dejarlo todo por estar con esa persona.
No renuncies a tus raícesQue te cambies de país o que compartas tu vida con alguien de otra cultura no significa que tengas que renunciar a tus raíces. En realidad, ninguno de los todos debería renunciar a ellas. Vivimos en un mundo globalizado y siempre se pueden encontrar soluciones intermedias que no impliquen cambiar de religión o dejar de comer lo que a uno le gusta.
Hijos de aquí y de allíSi queréis tener hijos debes saber que su educación será uno de los mayores retos. Sin embargo, si lográis llegar a un equilibrio en este aspecto vuestros hijos pueden llevarse lo mejor de las dos culturas. Aprender dos idiomas, tener amigos y familia en los dos países, tener doble nacionalidad, y una cultura mucho más amplía.
Cuidado con las religionesSon uno de los grandes caballos de batalla de las relaciones mixtas y una de las principales razones de que se rompan. Si alguno de los dos miembros de la pareja (o los dos) tiene un gran sentimiento religioso que le impide renunciar a ciertas costumbres, como por ejemplo, casarse por el rito tradicional, puede haber problemas. En algún momento, uno de los dos deberá dar su brazo a torcer si quiere seguir con la relación. Las familias, en este aspecto, pueden poner serias dificultades así que quizá alguno deba plantearse si quiere convertirse a la fe del otro.
Aprende su idiomaUna de las grandes ventajas de tener una pareja de otro país es que los dos podréis aprender un idioma nuevo. No desaproveches esta oportunidad. Te servirá para entablar una relación más estrecha con sus familiares cuando los visites, por si decidís iros a vivir a su país y porque siempre viene bien saber otra lengua.
Tendrás que cederEs inevitable. Las cosas no podrán hacerse siempre a tu modo, pero tampoco al suyo. Los dos deberéis hacer un gran esfuerzo por encontrar un equilibrio en el que ambos os sintáis cómodos.