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Mucho se sabe sobre las propiedades del huevo, el cual contiene una gran cantidad de componentes muy beneficiosos para las deportistas, como su alto contenido proteínico. Sin embargo, no solemos dar importancia a la cáscara y la tiramos sin más, no parándonos a pensar en el uso que podemos darle. Te desvelamos los usos alternativos de la cáscara de huevo. ¡Te sorprenderás de todo lo que es capaz!
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Fertilizante
La cáscara de huevo es rica en calcio y minerales, lo que la convierte en un componente esencial para fertilizar la tierra. Tan sólo tendrás que aplastar la cáscara de un huevo e introducirla junto a la semilla en el momento de la plantación. Repite el proceso unos días después para darle más fuerza, pero esta vez distribúyela sobre la tierra.
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Recipiente para plantas
Rompe un huevo de modo que sólo quede abierta la parte superior, enjuaga bien la cáscara y haz un pequeño agujero en la parte inferior. Será el recipiente perfecto para plantar una semilla, ya que aporta calcio y nutrientes a la tierra que permitirán a la futura planta crecer con mayor energía.
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Repelente
Si vives cerca del campo o tienes un jardín, seguro que alguna vez habrás comprobado cómo muchos insectos y moluscos buscan entrar a tu casa, sobre todo por las ventanas. La cáscara es un repelente natural, especialmente de caracoles, babosas y gusanos. Aplástala hasta que consigas llenar un tarro y espárcelo por encima de la tierra o sobre la ventana para mantenerlos a raya.
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Apósito
Deja secar la cáscara de un huevo y separa la membrana con mucho cuidado. Ésta contiene unas propiedades protectoras y regenerativas que favorecen la cicatrización de heridas, con lo que es ideal para utilizar como apósito. Además, creará una barrera protectora que evitará que contraigas infecciones.
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Tiza
Machaca por completo la cáscara de tres huevos hasta que se conviertan en polvo y mézclalo con una cucharada de harina, otra de agua caliente y unas gotas de colorante. Remueve hasta que obtengas una masa espesa, dale forma y déjala secar para obtener unas tizas totalmente naturales con las que jugar con los niños o teñir tu pelo de colores.
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Lavavajillas
Tritura la cáscara de un huevo y mézclala con un poco de agua y jabón para conseguir una limpieza más profunda. Es perfecto para eliminar manchas con las que ya nos habíamos dado por vencidas y sartenes difíciles de limpiar. Para la vajilla más problemática puedes agregar un poco de agua tibia en su interior con trozos de cáscara y dejarlo actuar durante unas horas. ¡Te sorprenderás del resultado!
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