Rebecca Perry es una de las deportistas que participan en los Juegos Olímpicos que más miradas atrae. Pero lejos de sumarnos a los comentarios machistas sobre las atletas que inundan la red estos días, queremos analizar su trayectoria porque, como ya sabrás, esta jugadora de volley playa también es modelo y es una clara muestra de que las mujeres pueden conseguir todo aquello que se propongan. ¡Fuera prejuicios!
De la arena a los editoriales de moda
Si hay una verdadera pasión en la vida de Becky Perry es el voleibol. Nació en Texas, en la ciudad de Austin. Al llegar a la Universidad se incorporó al equipo de baloncesto, las Washington Huskies donde siguió jugando hasta el año 2010.
Cuando cumplió los 26 años le llegó el momento de realizar el sueño que siempre había tenido su madre: conseguir la nacionalidad italiana. Para Becky ese fue uno de los momentos más importantes de su vida. Su familia procedía de ese país, podían demostrarlo y conseguir la nacionalidad era muy importante para todos.
Otro de los motivos que llevaron a Perry a cambiar de nacionalidad fue el voleibol. Tras pasar la mayor parte de su juventud entregada al deporte descubrió que el equipo estadounidense no iba a contar con ella en las competiciones futuras. Así que para Becky, convertirse en italiana, era una oportunidad ideal para que si, surgía la oportunidad, poder representar a su nuevo país en las Olimpiadas. Y este año, en Río, ha cumplido un sueño más.
Al dejar las Washington Huskies en 2010 Becky inició un periplo por varios equipos alrededor de todo el mundo. Ha jugado en Puerto Rico, uno de sus lugares favoritos porque le permitía disfrutar del deporte y de sus increíbles playas; en Corea del Sur donde se convirtió en toda una estrella ya que el volley allí es uno de los principales deportes; en Turquía; Alemania, donde llegó a participar en la Champions League; después pasó por un equipo italiano y ahora juega en la liga polaca.
Pese a que una lesión de hombro la alejó de las pistas en 2012, y a la muerte de su hermana, Becky nunca ha dejado de perseguir sus objetivos y este año ha podido conseguir el que más ansiaba: participar en unas olimpiadas. Y lo ha hecho en la categoría de volley playa representando a Italia. Seguro que su madre se ha sentido muy orgullosa.
Pero es que además de todo esto Becky también saca tiempo para protagonizar editoriales de moda. Su físico escultural, logrado a base de años jugando al voleibol y una dieta saludable, junto con su preciosa melena rubia también le han servido para ser modelo. Ella ha demostrado que las mujeres no son solo una cosa, sino que pueden enfrentarse a varios retos al mismo tiempo y salir victoriosas de todos ellos. Seguiremos pendientes de las andanzas de esta superwoman.
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